Un Dios que no discrimina


“Respecto a las hijas de Zelofejad, el Señor ordena lo siguiente: Ellas podrán casarse con quien quieran, con tal de que se casen dentro de la tribu de José” (Números 36:6)

El sexismo y la discriminación han existido siempre. No es algo que nació ayer ni se va a acabar mañana. Probablemente, tendremos que lidiar con estas formas de segregación hasta que Jesús vuelva.

Los israelitas, llamados a ser lumbreras, que se conectaban directamente con Dios y tenían mensajes de primera mano del Dios del universo, que habían recibido el mensaje de que en la creación Dios hizo iguales al varón y a la mujer (Génesis 1:27), que Dios no hizo distinción entre uno y otro (Génesis 5:2), siglos después, se habían contaminado con los conceptos imperantes en su contexto cultural. Trataban a sus mujeres como seres humanos de segunda categoría que debían ser amparadas bajo la tutela de un “judío piadoso”, algo similar a lo que ocurre en la actualidad, con tantos varones que consideran que su función es “proteger a las mujeres”.

Al repartir la tierra, se encontraron con una situación que no podían resolver a partir de sus prejuicios ni estereotipos sesgados por su cultura. Sin embargo, tuvieron la inteligencia de preguntarle directamente a Dios.

Los jefes de cada familia recibían una porción de tierra y se les hacia dueños de ese terreno. Sin embargo, Zelofejad tenía sólo hijas, ningún varón en su familia. Ante esa situación le preguntaron a Dios, lo que siempre deberíamos hacer, y Dios respondió: “Respecto a las hijas de Zelofejad, el Señor ordena lo siguiente: Ellas podrán casarse con quien quieran, con tal de que se casen dentro de la tribu de José” (Números 36:6). La última parte no era una restricción para las cinco hijas de Zelofejad, sino para todos en Israel, la indicación es que las herencias se mantuvieran dentro de la misma tribu.

Cuando se le pregunta directamente a Dios, él nunca discrimina a un ser humano en desmedro de otro. Dios no tiene hijos de primera y segunda categoría. Dios no hace diferencia de personas ni tiene favoritismos. Dios es ecuánime y justo. No es correcto tratar a alguien como subordinado e inferior, sólo porque tiene un sexo diferente, eso no sólo es ajeno a la forma de actuar de Dios, sino es una señal de incomprensión del carácter divino.

¿Cómo tratas a otros seres humanos? ¿Si eres varón como tratas a las mujeres de tu entorno?

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: Cada vida un universo 

MOTIVO DE GRATITUD 59: El mundo, aunque caído, aún conserva paisajes hermosos que quitan el aliento. Gracias Dios por darnos muestras de tu amor por medio de la naturaleza. 

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Sin conocimiento Escritural


“Desconocen las Escrituras” (Marcos 12:24)

Hace poco vi la película “12 años de esclavitud”, basada en la autobiografía de Solomon Northup, un mulato afroamericano que nació en el estado de Nueva York y que fue secuestrado en Washington y vendido como esclavo en 1841. Trabajó en plantaciones de Lousiana durante 12 años, antes de que pudiera dar aviso de su situación y ser liberado. Es uno de esos films que no deja indiferente a nadie. Cuando uno cree haber visto todas las perspectivas de un problema, surge una nueva que nos hace replantear lo que sabíamos hasta ese momento.

Sin embargo, lo que más me llamó la atención, es la forma en que es utilizada la Escritura por los esclavistas. En su inmensa mayoría las personas del sur eran cristianos practicantes que iban a las iglesias los fines de semana y que adoraban a Dios como el único Dios del universo, sin embargo, a la par esclavizaban, violaban, torturaban, maltrataban de mil formas y no sentían remordimiento por algo que creían su derecho, simplemente, por ser de una raza que se consideraba superior a otra.

Cada vez que invocamos a la Escritura, pero para justificar una acción errada o que irrespete el derecho de alguien, eso es torcer las Escrituras. Dios no tolera que los seres humanos actúen como lobos rabiosos de otros seres humanos. Simplemente, la falta de bondad y ecuanimidad, no tienen nada que ver con el cristianismo.

Si trato a una persona como si fuera un ser de segunda categoría porque es de una raza diferente a la mía, porque habla un idioma distinto, o porque tiene un sexo que no es el mío, entonces, no actuamos como cristianos, aunque invoquemos la Escritura y “adoremos” a Dios.

La redención se expresa en actos concretos y que se verifican en acciones visibles en el trato con los seres humanos que están a nuestro lado. Sorprendería que supiéramos que algunos “connotados” cristianos y predicadores de EE.UU. fueron acérrimos esclavistas. Tal como asusta saber que algunos de los que usan a la Biblia son sexistas convencidos. Esa es una contradicción vital con el mensaje de amor y bondad que nos llamó Cristo a proclamar.

¿Cómo tratas a las personas que te rodean? ¿Representas a Cristo?

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: Cada vida un universo

MOTIVO DE GRATITUD 58: Agradezco a Dios por la enfermedad, parece raro, sin embargo, es en momento del dolor donde podemos captar con más profundidad el amor de Dios. 

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Un Dios sin parcialidades


“Dios no se muestra parcial con los príncipes ni favorece a los ricos más que a los pobres. ¡Unos y otros son obra de sus manos!” (Job 34:19)

He sido invitado muchas veces a dirigir semanas de oración o de énfasis espiritual en universidades. En general, son momentos muy hermosos, donde las personas se reúnen en torno a la Palabra y hacen un alto en sus labores cotidianas para concentrarse en orar y estudiar la Biblia.

No suelo esconder lo que pienso, por esa razón, en una de esas oportunidades dije algo que aún hoy, después de años, suelen recordármelo. Sigo pensando igual y creyendo que adoro a un Dios sin favoritismos de ningún tipo.

Quería ilustrar, precisamente ese hecho, con el agravante de querer dejar en las mentes de mis oyentes el mensaje de imparcialidad de Dios, así que dije:

—Seguramente, si Jesús viniera hoy a este lugar, no comenzaría visitando al rector de esta Universidad, sino, que probablemente iría a la casa del que fue expulsado o de aquellos estudiantes que ahora no están aquí porque de un modo u otro han sido excluídos o se han apartado.

La gente comenzó a murmurar. A la salida, uno me dijo: “Nunca más lo invitarán a predicar aquí” (menos mal que se equivocó). Otro afirmó: “Es una falta de respeto, el rector es la autoridad máxima”, antes de continuar le dije: “Hermano, Jesús no hace visitas protocolares, sino redentoras y busca, en primer lugar, a los perdidos, a los enfermos, a los desplazados y no a aquellos que se sienten sanos”, lo dice la Palabra. El hombre se quedó mudo.

Perplejo me quedo yo cuando hacemos distinción entre personas como si Dios tuviera hijos predilectos e hijos de segunda categoría. Dios no hace acepción de personas, la divinidad a la que adoramos no excluye a nadie ni hace categorización de seres humanos. Somos los seres humanos los que nos gustan los honores, los títulos y los primeros puestos, así como los fariseos que amaban los primeros lugares y los honores en las plazas (Lucas 11:43).

Cristo es un Dios que no excluye a nadie. Jesús ama a todos, a quienes le aceptan y a quienes no. Aprender esa lección, es fundamental, para no tratar a las personas de una forma en que Dios no hace.

¿Haces acepción de personas o te guías por el principio de la imparcialidad?

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: Cada vida un universo

MOTIVO DE GRATITUD 57:De una manera u otra Dios nos recuerda que el ama a todos. Agradezco a Dios por eso, porque en él puedo refugiarme sabiendo que no hace acepción de personas.

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Sin favoritismos


“Hermanos míos, la fe que tienen en nuestro glorioso Señor Jesucristo no debe dar lugar a favoritismos” (Santiago 2:1)
La iglesia de Cristo, la que ha entendido el mensaje de salvación, la que ha hecho de la redención su motivo de vida... la iglesia que de verdad cree en Jesucristo, no hace acepción de personas. En otras palabras, se guía por el principio de que Dios no hace favoritismos de ningún tipo.

Santiago, lo ilustra de una manera expresa: “Supongamos que en el lugar donde se reúnen entra un hombre con anillo de oro y ropa elegante, y entra también un pobre desharrapado. Si atienden bien al que lleva ropa elegante y le dicen: ‘Siéntese usted aquí, en este lugar cómodo’, pero al pobre le dicen: ‘Quédate ahí de pie’ o ‘Siéntate en el suelo, a mis pies’, ¿acaso no hacen discriminación entre ustedes, juzgando con malas intenciones? (Santiago 2:2-4). En Chile diríamos “más claro echarle agua”... pero, lamentablemente, no es suficientemente claro. Aún seguimos tratando a las personas no como tales, sino como si algunos fueran de primera categoría y otros de segunda.

Estaba dirigiendo una semana de énfasis espiritual en una universidad de México. Iba a comenzar a predicar cuando me hicieron llegar un papel donde me decían: “Salude a ....., es una autoridad que está presente”. Tuve una pequeña lucha en mi mente, porque todos los que estaban presentes eran igualmente de dignos que dicha persona, así que cuando hablé dije:

—Me han dicho que está en la audiencia el Sr........, quiero decirle que es bienvenido, que en la iglesia, siempre hay lugar para un pecador más que esté dispuesto a rendirse a los pies de Jesucristo.

La gente se largó a reír y me puse a predicar. Al final del sermón, se me acercó una mujer muy elegante y me dijo: —Muchas gracias por el mensaje que le dio a mi esposo al inicio, nadie lo había tratado así en años.

Siento vergüenza cuando hacemos diferencia entre personas. Todos necesitamos a Cristo. Pobres y ricos, iletrados y cultos, autoridades y gente dirigida, empresarios y obreros, todos. Hacer distinción entre personas, es introducir un sesgo muy peligroso en la difusión del evangelio. Todos, sin distinción necesitan de Cristo.

A la hora de tratar a las personas, ¿discriminas o actúas con imparcialidad?

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: Cada vida un universo

MOTIVO DE GRATITUD 56: Agradezco a Dios por las lecciones preciosas que he recibido de gente modesta, sin muchos recursos económicos, pero que me han dado algunas de las lecciones de vida más importantes. 

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Un Jesús que incluye


“—¿Quién me ha tocado? --preguntó Jesús” (Lucas 8:45)

La sociedad judía de tiempos de Cristo desconcertaba. Tenían en su historia maravillosas evidencias del cuidado y del amor de Dios, pero a la vez, había un dogmatismo que rayaba en la locura. Habían hecho interpretaciones de las Escrituras crueles y violentas, pero no se percabatan de eso, al contrario, tendían a hacer la vida de muchos inocentes, muy dura e infeliz.

La menstruación se consideraba un estigma. Lamentablemente, por una interpretación sesgada y absurda de los consejos de Moisés, las mujeres menstruantes tenían mucha carga dolorosa sobre sus hombros. Sin embargo, los mismos que hacían esa interpretación absurda de la ley, no excluían a los varones que habían tenido expulsión nocturna de semen, aún cuando la misma ley también hacía consideraciones al respecto. Una ley que tenía como objeto prevenir la higiene y evitar enfermedades, se había convertido en un estigma ilógico y excluyente.

Las menstruantes, en los días en que duraba su menstruación, no podían acercarse a nadie en su hogar. Debían estar aislada, aún los objetos que utilizaran en esos días debían ser apartados, porque se consideraba que la menstruante esta impura.

¿Se imaginan lo que era vivir con una hemorragia continua durante 12 años? Seguramente la mujer mencionada en el evangelio era anémica y padecía de otros males relacionados con el padecimiento que le afectaba.

Toca a Jesús. Con la convicción de que sólo al tocar a Cristo será sana y efectivamente, lo hace, y al momento siente sanidad. Lo que no esperaba es que Jesús la dejaría en evidencia delante de todo el pueblo. ¿Por qué Cristo hizo eso? La razón es simple, pero a la vez compleja, porque nos cuesta mucho entender ese gesto de Cristo. Jesús vino para incluir, no para excluir. No vino a tener seguidores que buscaran expresamente dejar a personas sin la bendición divina. Jesús entendió claramente, que si él no la restauraba socialmente, su sanidad física no tendría efecto. Eso hace Cristo siempre. Restaura de manera plena y no parcial. La integración a la sociedad también es parte de la salvación.

¿Integras o excluyes? El responder adecuadamente hace toda la diferencia.

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: Cada vida un universo

MOTIVO DE GRATITUD 55: Doy gracias a Dios por los que escriben. Muchos escritores y escritoras, han hecho mi vida mucho más llevadera y me han dado ideas para vivir. Gracias Dios por el talento que han recibido.

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La flexibilidad de Dios


“Y cuando mi señor el rey vaya a adorar en el templo de Rimón y se apoye de mi brazo, y yo me vea obligado a inclinarme allí, desde ahora ruego al Señor que me perdone por inclinarme en ese templo” (2 Reyes 5:18)
Una parte de la historia de Naamán a menudo se la pasa por alto. Cuando era estudiante pedía explicaciones para esa sección y mis profesores de teología se excusaban o simplemente evadían con una explicación absurda.

Cuando leo esta sección siento paz y no me produce desazón como algunas respuestas especialmente, de aquellos que no aceptan flexibilidad de parte de Dios. Muchos presentan a un Dios implacable inflexible. Un Dios no dado a aceptar situaciones que ameriten una conducta diferente a la que ellos propugnan como única posible. Pero, vez tras vez, en la Biblia se presenta a un Dios magnánimo y comprensivo.

Naamán, luego de ser sanado toma una decisión: “De aquí en adelante su servidor no va a ofrecerle holocaustos ni sacrificios a ningún otro dios, sino sólo al Señor” (2 Reyes 5:17). La sanidad lo llevó a reconocer que no hay otro Dios sino Jehová. Hasta allí, sólo alabanzas.

Pero, el hombre es un político. No llegó a general del ejército más poderoso de la región siendo estúpido, era estadista, sabía qué era lo que convenía cuando se lidia con el poder. Por eso que lo siguiente que dice es desconcertante: “Cuando mi señor el rey vaya a adorar en el templo de Rimón y se apoye de mi brazo, y yo me vea obligado a inclinarme allí, desde ahora ruego al Señor que me perdone por inclinarme en ese templo” (2 Reyes 5:18).

La respuesta del profeta deja perplejo, le dice: “Puedes irte en paz” (2 Reyes 5:19). No lo exhorta, no lo recrimina, no lo critica, ni siquiera le dice que lo piense. ¿Por qué? Porque Dios conoce, más que nadie, las presiones de las personas y nunca, juzga ni condena, al contrario, permite que tomemos nuestras propias decisiones, y está a nuestro lado para acompañarnos. Lo triste es que Dios es flexible y magnánimo, pero sé a ciencia cierta que si hoy Naamán existiera en algunas de nuestra iglesia no le diríamos “puedes irte en paz”, sino que lo acusaríamos de apóstata y cobarde. ¡Qué diferencia con la actitud del profeta! Prefiero creerle a Eliseo y no a algunos que conozco.

¿Estás dispuesto a acusar o a comprender a alguien que se vea enfrentado a presiones?

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: Cada vida un universo

MOTIVO DE GRATITUD 54: Quisiera agradecer a Dios por la diversidad de mentes, no nos ha hecho autómatas, sino personas pensantes, capaces de discrepar y de contrastar pensamientos, esa es una bondad del Creador. 

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Un acto desesperado


“Había en Israel muchos enfermos de lepra en tiempos del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue sanado, sino Naamán el sirio” (Lucas 4:27)
La desesperación tiene un mérito, nos hace aceptar lo que en otras circunstancias, probablemente nunca estaríamos dispuestos a hacer.

Naamán, no era cualquier militar, era el jefe del ejército sirio, hoy sería comandante en jefe o general en jefe, dependiendo de la nomenclatura que se le en su estado. Los pasos que dio son propios de alguien que está explorando todas las opciones que le quedan, después de haber buscado todas las formas posibles. En cierto modo, no hay que desechar las situaciones desesperadas, porque de un modo u otro, pueden ser una posibilidad, especialmente para aquellos que durante toda su vida le han negado un lugar a Dios.

En primer lugar, partió haciéndole caso al consejo de una de las esclavas de su casa. En el contexto eso es inaudito, y más aún, cuando se presenta delante del rey y le cuenta que quiere ir a Samaria, lugar donde viven sus archirivales, para presentarse delante de un profeta. El rey, entendiendo que se trata de uno de sus más altos dignatarios, organiza un protocolo acorde a la investidura. Le da una carta oficial para el rey y lo envía cargado de costosos regalos. Pero, no todo salió como se esperaba, porque el rey se indignó cuando leyó la carta creyendo que le estaban tendiendo una trampa para buscarle pleito.

Eliseo se enteró, alguien fue con el cuento al profeta y éste le dijo que le enviaran a Naamán. Él general fue, pero Eliseo en vez de salir de su casa, y de hacerle la venia al poder, como acostumbran algunos en la actualidad que les gusta coquetear con los poderosos, envió a su siervo para darle las instrucciones a Naamán. Naamán se fue furioso, el resto de la historia es conocida. Sus siervos lo hicieron recapacitar.

Esto último es interesante, primero escuchó a una esclava, luego a sus siervos. El hombre en su desesperación estaba dispuesto a escuchar. Lástima que algunos que no están desesperado, no quieran escuchar a nadie. Es penoso que muchos “sabios” de hoy simplemente, se envanezcan en sus razonamientos sin escuchar. Tal vez, necesiten alguna situación desesperada.

¿Estás tan tranquilo que no quieres escuchar a nadie? ¡Ten cuidado!

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: Cada vida un universo 

MOTIVO DE GRATITUD 53: Agradezco a Dios que me ha dado la posibilidad no sólo de dudar, sino de disentir y no se ofende porque lo hago, al contrario, intenta con amor guiarme a una mejor comprensión de su amor.

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Machismo con M de Marta


“Marta, por su parte, se sentía abrumada porque tenía mucho que hacer. Así que se acercó a él y le dijo: —Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sirviendo sola? ¡Dile que me ayude!” (Lucas 10:40)

Marta es una buena mujer, hacendosa y preocupada de su hogar, pero es una víctima de un sistema que le ha hecho creer que su único lugar en el mundo es al servicio de su familia y de su casa. Ella representa a las miles de mujeres que día a día trabajan con orgullo y tesón en las labores de casa, pero que sienten, que la mujer no debe aspirar a ninguna otra tarea que no sea esa.

El problema más grave, es que muchas mujeres son tan sexistas y misógenas como los más recalcitrantes machistas. Defienden a brazo partido el rol de la mujer creyendo que se está atentando contra el diseño divino si la mujer aspira a algo diferente. Son víctimas de un sistema que les ha hecho creer que la mujer no puede aspirar a nada más.

Incluso, se pinta la labor hogareña y la tarea de cuidar hijos como si fuera el único rol asignado a la mujer, lo que es falso.

La tarea de cuidar el hogar debe ser compartida, siempre. El principio es que varones y mujeres ensuciamos y desordenamos, por lo tanto, todos debemos colaborar. Un esquema diferente, simplemente, cria zánganos.

En el caso de los hijos, nunca fue el plan de Dios que los hijos tuvieran super madres y mujeres que renunciaran a sí mismas para, abnegadamente, entregarse de manera exclusiva a los hijos. En el plan de Dios, varones y mujeres deberían colaborar juntos en la crianza de los hijos. Las estadísticas muestran que en los hogares donde imperan esas super madres, que anulan a los varones y no les dejan participar en la crianza de los hijos, dichos hijos terminan siendo desequilibrados, tanto como si el padre estuviera ausente o muerto. Dios no ideó lo que se idealiza hoy, sino la participación conjunta de varones y mujeres.

Jesús le contestó a la Marta de ayer y a las de hoy: “—Marta, Marta, estás inquieta y preocupada por muchas cosas, pero sólo una es necesaria. María ha escogido la mejor, y nadie se la quitará” (Lucas 10:41-42). Esa mejor parte es elegir algo que le ayude a crecer como persona.

¿Estás eligiendo la mejor parte o sigues víctima del sistema?

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: Cada vida un universo

MOTIVO DE GRATITUD 52: Dios nos habla de diversas formas, en la risa de un niño, en la sonrisa de un extraño, en la luz del sol, en la tranquilidad de un atardecer. Gracias Dios por hablarnos siempre.

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Sangre inocente


“—He pecado –les dijo– porque he entregado sangre inocente” (Mateo 27:4)

Judas es víctima de su propia presunción. No era una persona mala, lo demuestra el hecho de que al ver que lo que había decidido no salía como él esperaba, reaccionó con temor y arrepentimiento.

La historia se ha encargado de juzgar, condenar y vilipendiar a Judas, por esa razón en occidente, ningún padre o madre cristiana le pone a su hijo su nombre. No obstante, es una forma tradicionalmente cruel de condenar a una persona, como si nadie tuviera posibilidad de arrepentimiento o de al menos, el derecho a la duda, suponiendo que aquel individuo merece otra oportunidad. Pero así somos los seres humanos, rápidos para condenar y lentos, muy lentos, para admitir nuestras propias derrotas y pecados.

Incluso, hay personas que llegan a creer que Judas es parte de un plan de Dios, donde él tenía que ser el que lo traicionara, lo que constituye una distorción macabra del carácter de Dios, y el sólo suponer que Dios pudiese utilizar a una persona como pieza de ajedrés sustituible, es no entender el carácter de Dios.

Otros, con una imaginación viva e intentando excusar a Cristo mismo, sostienen que Judas llegó a ser parte del grupo de los discípulos por auto invitación, lo que no sólo es absurdo, sino que rompe la lógica bíblica, que señala explícitamente que Cristo lo invitó, tal como a los demás, a ser parte de sus discípulos.

Judas tenía una mente analítica y también práctica. Como buen comerciante, no sólo veía el momento sino que buscaba las oportunidades para obtener los mejores beneficios. El “entregar” a Cristo fue parte de un plan que hurdió en su cabeza, con el fin de obligar a Jesús a asumir el rol que él tanto esperaba, rey de Israel.

Como muchos judíos y la mayoría de los discípulos, esperaba un caudillo que aglutinara al pueblo y los levantara en armas en contra de los romanos. Sin embargo, veía que Jesús se iba para otro lado. Por eso intentó ayudar y todo salió mal. Así es siempre, cuando no te detienes a pensar exactamente en cual es la misión, terminas por proponer un plan B, que siempre sale mal.

¿Estás siguiendo los planes de Dios o exclusivamente los tuyos?

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: Cada vida un universo

MOTIVO DE GRATITUD 51: Agradezco a Dios los momentos pasados junto a la familia, no sólo la familia nuclear, sino todos aquellos que se han constituido en hermanos adoptados. 

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A la sombra del líder


“Mi siervo Moisés ha muerto. Por eso tú y todo este pueblo deberán prepararse para cruzar el río Jordán y entrar a la tierra que les daré a ustedes los israelitas” (Josué 1:2)
Los líderes verdaderos no son los que más fulguran o destacan, sino aquellos que inspiran y movilizan a la gente, sin que las personas tengan temor ni se sientan intimidadas. El mundo que vivimos tiene cada vez más caudillos autoritarios que líderes. El liderazgo es el bien más escaso en el siglo XXI, creando, lamentablemente, la sensación de que lo correcto es lo que se hace, sin darse cuenta, que esa es una distorción del verdadero liderazgo.

Josué fue un líder humilde, desde el mismo momento en que fue escogido por Dios. No hay ningún registro de que alguna vez hubiese codiciado reemplazar a Moisés, ni que hubiese pretendido de alguna manera tomar el lugar de su maestro. Cuando llegó la hora fue el elegido, porque Dios sabía que era el adecuado, especialmente porque tenía la actitud correcta.

¿Qué hace a una persona común y corriente un líder? Fundamentalmente la actitud. En el caso de un líder, esa es la clave fundamental.

Un líder verdadero no procura que se haga su voluntad, sino busca las mejores manera de hacer las cosas, pero siempre buscando consensos, respetando a sus dirigidos, siendo magnánimo, especialmente por quienes son más difíciles de tratar y procura siempre, establecer normas basadas en principios y no en caprichos personales.

Un líder, a la altura de Josué, no encarna a alguien rencoroso, ni temeroso de alguien que le vaya a hacer sombra. Al contrario, se rodea de las mejores personas posibles, sabiendo que si le da la oportunidad a quienes son más talentosos, y él los motiva e inspira, finalmente todos serán beneficiados.

Cuando hay crisis de liderazgo, lo que impera es la arbitrariedad, el matonaje, el chantaje, la ambición, y la falta de consideración. Las personas son tratadas como piezas descartables y no interesan como individuos sino como peones de ajedrez, sin valor en sí mismos, sino como lo que representan como medios, lo que tarde o temprano invalida todo. Un liderazgo en esas condiciones tiene sus días contados, aunque en el trayecto hacia el final, se haga mucho daño. Josué tuvo éxito porque no fue un caudillo, sino un líder.

¿Qué tipo de líder eres? ¿Qué tipo de liderazgo deseas?

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: Cada vida un universo

MOTIVO DE GRATITUD 50: Gracias a Dios por la capacidad de oir. Hay tantas personas que carecen de la posibilidad de oir, que cada sonido es un obsequio demasiado hermoso como para callar.

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Una carrera mortal


“Guiezi se fue para alcanzar a Naamán” (2 Reyes 5:21)

Si la codicia provocara lepra, ¿cuántas personas estarían sanas? Me da miedo arriesgar una cifra, no quiero parecer presuntuoso, pero estoy seguro que serían muchos.

La codicia es uno de esos pecados que se pueden esconder socialmente. Se le pueden asignar otros nombres, pero el efecto siempre es el mismo. Se desea lo que otro tiene y se lo busca sin cesar. Tal vez en la actualidad, le llamen ambición, prosperidad, deseos de salir adelante, o como quieran, pero siempre se sigue el mismo patrón. La persona codiciosa está dispuesta a correr riesgos, a emprender sin detenerse, porque no quiere perder la oportunidad de tener algo que anhela y que otro posee.

¿Por qué Eliseo no aceptó ni un peso de Naamán? Alguien, estoy pensando en varios que conozco, habría aceptado el dinero del general sin dudarlo y con la excusa de que podría haber sido dedicado a obras de bien. La tentación de recibir méritos o regalos o pagos por ser medios de la bendición divina, es muy grande, pero se corre el riesgo de que ocurra lo que Eliseo ciertamente no deseaba, que se diera el mérito a un ser humano y no a Dios a quien correspondía. Los favores divinos no se pagan, cualquier intento de hacerlo es simplemente un agravio y el profeta lo sabía muy bien. Giesi igual estaba enterado, pero, la codicia siempre puede más.

Lo que ocurre a continuación está en el contexto de la cultura del ojo por ojo y diente por diente. La sentencia que recibe Giesi es drástica, y un recordativo para ese tiempo y para el nuestro, que toda conducta errática, trae consecuencias, algunas muy severas, como en el caso de Giesi que se encontró con mucho dinero, pero nada de salud. ¿De qué le servía en esa situación el dinero que había obtenido de manera fraudulenta?

Dios tiene el poder para sanar, pero no nos exime de las consecuencias de actos temerarios o acciones poco razonables. Eso no significa que Dios no esté dispuesto a acompañarnos siempre aun en medio de nuestro dolor. ¿Qué pasó con Giese luego que adquirió la lepra? No lo sabemos, pero es un recordativo de que la codicia, siempre, enferma.

¿Manejas tu vida por la codicia o por el altruísmo?

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: Cada vida un universo

MOTIVO DE GRATITUD 49: Doy gracias a Dios por las manos, están allí todos los días para servirme y hacerme la vida más fácil. No sé qué haría si no las tuviera. 

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Queremos ver a Jesús


Éstos se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le pidieron: —Señor, queremos ver a Jesús” (Juan 12:21)
Al menos dos de los discípulos de Jesús tienen nombres griegos, Andrés hermano de Simón Pedro y Felipe. Eso puede significar que tenían ascendencia griega o que su padre o su madre eran de origen griego. Se estilaba en ese tiempo que se señalaba la nacionalidad de los padres poniéndoles a los hijos el nombre en la lengua de los padres, en ocasiones, esto se indicaba con dos nombres, como en el caso de Juan Marcos, latino y hebreo.

Un indicio que la Biblia da de que Felipe era de ascendencia griega es que cuando unos griegos quisieron ver a Jesús, a la persona que se acercaron fue precisamente a quien debe haber conocido su lengua.

Los griegos, probablemente, convertidos al judaísmo, le dijeron a Felipe: “¿Queremos ver a Jesús?” (Juan 12:21). No estaban hablando de contemplarlo, porque estaban entre la multitud de personas que estaba escuchando a Cristo, ellos pretendían una entrevista personal con Jesucristo. Buscaban un encuentro con el Maestro, no sólo escucharlo a la distancia.

Lo extraño es que cuando le comunicó a Jesús que habían un grupo de griegos que quería verlo, Cristo le contestó a él y a Pedro: “Ha llegado la hora de que el Hijo del hombre sea glorificado” (Juan 12:23). ¿Qué tenía que ver lo que acababan de informarle a Jesús con la respuesta que él dio? Lo más probable es que quiso que sus discípulos no perdieran de vista el verdadero sentido de la misión que él tenía. De hecho, escucharon una voz del cielo que les reafirmaba el carácter salvífico de la labor de Cristo. En ese momento Cristo había anunciado su muerte, a discípulos perplejos que no entendían a cabalidad lo que estaba hablando.

El clamor de las multitudes sigue siendo el mismo, muchos claman diciendo: “Queremos ver a Jesús”, no desean ser llevados a la magnificación de denominaciones ni de cuerpos doctrinales, ni desean saber que son parte de un grupo que sabe más que otros, sólo quieren ver a Jesús. Cuando se pierde de vista al Maestro de Galilea, entonces, se lo reemplaza por otros objetivos que hacen perder de vista la gloria de Dios.

¿Estás queriendo ver a Jesús todos los días? ¿Tener una entrevista con él?

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MOTIVO DE GRATITUD 48: Agradezco a Dios por tener días de vacaciones, especialmente, cuando algunas personas tienen que lidiar con encontrar tiempo para descansar. 

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Como un ángel


“Todos los que estaban sentados en el Consejo fijaron la mirada en Esteban y vieron que su rostro se parecía al de un ángel” (Hechos 6:15)
¿Cómo podían saber los dignatarios y sacerdotes del Consejo judío que el rostro de Esteban era como el de un ángel si nunca habían visto uno? Eso es una licencia literaria de Lucas, a quien se le contó (porque él no estuvo presente), que la expresión facial de Esteban era tan especial que todo el mundo en ese momento estaba embelezado.

Esteban tenía algo que la gente que lo condenaba no poseía: Su rostro reflejaba la vida de una persona en paz consigo mismo y con los demás, y eso fulguraba como “si fuera” el rostro de un ángel. Nunca habían visto uno, pero sabían que si lo vieran, tendría la misma expresión de paz de Esteban.

Por otro lado, en la jerarquización que se introdujo al cristianismo desde el paganismo, se supone que hay un orden donde el pastor es la cabeza de la iglesia, luego le siguen los ancianos, a continuación los diáconos, y los dirigentes de departamentos, y nos colgamos de una idea descontextualizada de 1 Corintios 14:40, para señalar que Dios quiere que se haga todo en “orden”, imponiéndole a la Biblia una jerarquía que no existe. En la Escritura, la única cabeza de la iglesia es Cristo. Todos los demás somos parte del cuerpo, nadie con más importancia que otro, ni con más autoridad. Suponer otra cosa, es arrastrar a la iglesia cristiana a una jerarquización que quita el concepto de igualdad frente a Dios y de la idea paulina de que todas las partes del cuerpo son imprescindibles.

Esteban no era “un diácono” que estaba bajo la “autoridad” apostólica. En ninguna parte de la Biblia se sostiene dicho concepto extra bíblico. Él era un cristiano, dotado de todos los dones que Dios otorga a sus hijos, para la proclamación del evangelio. Como Estaban no tenía luchas de poder, se concentraba en ser fiel a la misión dada por Dios a través de Cristo. Quienes están ocupados en creer que la iglesia asigna “puestos” o “lugares de privilegio” en la proclamación del evangelio, en el fondo, no entienden el actuar divino, y siguen en la misma disputa de los apóstoles que se preguntaban como muchos que han errado el rumbo hoy: ¿Quién es el más importante?

¿Estás ocupado en la proclamación del evangelio o te preocupan los cargos?

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: Cada vida un universo

 MOTIVO DE GRATITUD 47: Doy gracias a Dios por las mascotas, porque el mundo animal, con su fidelidad, compañerismo y lealtad, también nos dan vislumbres de la divinidad. 

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Imponer las manos


“Los presentaron a los apóstoles, quienes oraron y les impusieron las manos” (Hechos 6:6)

Luchar contra tradiciones humanas es una tarea titánica, y la mayoría de las veces, incomprendida. En muchas ocasiones, los que hacemos análisis de cuestiones consuetudinarias, que se han incorporado como práctica habitual, somos atacados como si fuéramos la encarnación del mal. Eso no es nada nuevo, a través de toda la historia, a quienes han pretendido reformas, se los ha atacado de todos los modos posibles.

Al acto simbólico de la “imposición de manos”, se le ha asignado en el cristianismo un carácter solemne, pero a la vez, místico. En primer lugar, se supone que esta imposición le confiere a quien lo recibe un poder sobrenatural que lo pone por sobre otros. Un concepto de origen pagano, muy difundido, y que pocos se atreven a cuestionar.

La realidad es que la “imposición de manos”, es decir, esa acción realizada a menudo por profetas o por personas con un rol muy definido en la Biblia, de poner las manos sobre la cabeza de alguien, en señal de que se le traspasa a dicha persona una bendición especial, no es más que eso, un símbolo que de pronto en la mente de algunas personas alcanza un carácter más trascedente que el que tiene.

Por otro lado, por influjo de esa mezcla que se dio en el cristianismo entre paganismo y religión cristiana, a partir de Constantino, se empezó a utilizar la imposición exclusivamente para quienes eran “separados” para el ministerio pastoral. Nada de eso se encuentra en la Biblia. La imposición se hacía cuando alguien recibía un cargo de responsabilidad (llámese rey, profeta, juez o emisario); también se imponía las manos sobre los enfermos; los padres a manera de bendición sobre sus hijos; las madres cuando despedían a uno de sus pequeños; etc.

Cuando se “impuso las manos” sobre los diáconos (que no eran los que recogían ofrendas), se lo hizo para señalar que estaban recibiendo la bendición divina para la tarea de ocuparse de los pobres y desplazados. Atribuirle a ese acto otro carácter, es simplemente, agregarle a la Escritura algo que no está escrito en ella, y eso, es simplemente, un grave error.

¿Entiendes la importancia de analizar con cuidado las tradiciones?

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: Cada vida un universo

MOTIVO DE GRATITUD 46: Gracias a Dios porque podemos dialogar, y reencontrarnos con personas que podemos juntos crecer en conocimiento y sabiduría. 

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El valor de un perfume


“Llorando, se arrojó a los pies de Jesús, de manera que se los bañaba en lágrimas. Luego se los secó con los cabellos; también se los besaba y se los ungía con el perfume” (Lucas 7:38)

Hay acciones que para algunos espectadores carecen de sentido, incluso, son consideradas desproporcionadas, no así para los protagonistas, que en gestos y símbolos dan a conocer lo que las palabras no alcanzan a expresar.

La mujer que vierte perfume sobre los pies de Cristo es María de Betania, la hermana de Marta y Lázaro, según el testimonio de Juan (Juan 11:2). Algunos la han querido identificar con María Magdalena, pero, definitivamente el texto bíblico señala que son dos mujeres diferentes.

Lo que ocurrió en su vida no lo sabemos, sólo que era considerada “pecadora”, expresión que para los tiempos de Jesús era una palabra que servía para describir una gran cantidad de conductas, no necesariamente de índole sexual. Se podría considerar “pecadora” a una mujer que hubiese hablado en público con un varón que no fuese de su familia; o a una mujer que se hubiera relacionado con un no judío; o alguien que hubiera sido abusada sexualmente, porque en la mentalidad retorcida de ese tiempo, cuando una mujer era violada, siempre era culpa de ella; también podría ser pecadora por haber caído en desgracia económica, toda vez que la pobreza era considerada castigo de Dios; o por estar enferma; así que la lista es amplia, lo único que evidencia el texto bíblico es el desprecio hacia esa mujer.

¿Por qué acude a Jesús? En primer lugar, porque quiere sentir el aprecio de Cristo, quien finalmente, ante la vista de todos, la exime de pecado y la hace sentir perdonada. Es maravilloso que Jesús siempre nos perdona y busca que nos sintamos protegidos por su gracia, siempre.

Pero, hay otra razón, que a menudo se pasa por alto. Ella, es la primera persona en entender con claridad que Jesús va a morir, así que ella decide ungir a Cristo, no cuando esté muerto, sino estando vivo. Lleva un frasco de alabastro que era muy fino con perfume de nardo, cuyo contenido equivaldría al jornal de un año de un obrero. Al hacerlo nos dio una gran lección, llorar muertos, sin haberles dado honra de vivos, no sirve mucho.

¿Estás dando honra a quienes lo merecen, ahora, cuando están vivos y pueden recibir dicho halago, o estás esperando el cementerio?

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: Cada vida un universo

MOTIVO DE GRATITUD 45: Gracias a Dios por los mentores que has puesto en nuestra vida, por aquellas personas que creyeron en nosotros cuando los demás no nos valoraban. 

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Amigos especiales de Jesús


“Uno de los fariseos invitó a Jesús a comer, así que fue a la casa del fariseo y se sentó a la mesa” (Lucas 7:36)

Los mitos se transmiten como si fueran una verdad probada, y muchos, tienen serias dificultades para darse el trabajo de averiguar si el prejuicio o estereotipo tiene algún asidero. A menudo se presenta a los fariseos como enemigos acérrimos de Jesús, pero eso no es completamente cierto. Si bien muchos de la secta farisea se opusieron tenazmente a Cristo, hubo otros que no sólo lo escucharon sino que estuvieron dispuestos a recibirlo en su casa, lo que para las convenciones de ese tiempo significaba una aceptación a lo que el personaje representaba.

Los fariseos, en tiempos de Cristo, ya existían al menos un siglo. Habían nacido con un buen propósito, preservar la pureza del judaismo, frente a la avalancha de ideas de origen heleno que había impregnado todo el mundo antiguo. De allí el origen del nombre “farisaia” (puros). Sin embargo, con el tiempo derivó en un movimiento político-religioso, que pretendía no sólo mantener la pureza del judaísmo, sino acceder al poder para poder hacer las reformas religiosas que ellos consideraban imprescindibles.

La mentalidad farisea se caracteriza por el desprecio a quien no comparte prácticas e ideas similares a las que él defiende. De allí la ambivalencia del fariseo que invita a Jesús. Al invitarlo, deja en claro que comparte sus enseñanzas, pero basta tan sólo una situación que le molesta, como observar que una mujer, considerada “pecadora”, lo unge, y en ese mismo instante rechaza absolutamente a Cristo. Por eso al momento descalifica a Jesús en su mente al pensar: “Si este hombre fuera profeta, sabría quién es la que lo está tocando, y qué clase de mujer es: una pecadora” (Lucas 7:39).

Simón, cerrado a la gracia, no puede ententer que Jesús vino precisamente a buscar a quienes consideran que necesitan ser cubiertos por la misericordia. Con su actitud le está cerrando a esta mujer la entrada en el reino de la gracia, simplemente, para su mente farisea, ella no tiene esperanza.

¿Cuántos son rápidos para condenar y no comprenden el proceso de la gracia?

¿Tienes una actitud farisea o de gracia frente a las faltas ajenas?

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: Cada vida un universo

MOTIVO DE GRATITUD 44: Agradezco a Dios por quienes se han dejado usar por su gracia y están dispuestos día a día a examinar sus ideas sin descalificar a nadie. 

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Una mala consejera


“Encontramos la cárcel cerrada, con todas las medidas de seguridad, y a los guardias firmes a las puertas; pero cuando abrimos, no encontramos a nadie adentro” (Hechos 5:23)

La envidia es pésima consejera. El sumosacerdote, al igual que quienes habían asesinado a Cristo, tuvieron muchas oportunidades para enmendar lo que habían hecho, pero tercamente, una y otra vez, se empecinaron en una mala actitud.

Cuando los discípulos comenzaron a predicar después del pentecostés, el poder que mostraban era evidente. Nadie quería acercarse a ellos por temor a los sacerdotes, pero que en silencio los elogiaban (Hechos 5:13). Sin embargo, era evidente que había algo en ellos poderoso. El relato señala que “seguía aumentando el número de los que creían y aceptaban al Señor. Era tal la multitud de hombres y mujeres, que hasta sacaban a los enfermos a las plazas y los ponían en colchonetas y camillas para que, al pasar Pedro, por lo menos su sombra cayera sobre alguno de ellos. También de los pueblos vecinos a Jerusalén acudían multitudes que llevaban personas enfermas y atormentadas por espíritus malignos, y todas eran sanadas” (Hechos 5:14-16).

Ante esta situación evidente, el sumo sacerdote y quienes le secundaban, que eran saduceos “se llenaron de envidia” (Hechos 5:17). Una vez más, en vez de reaccionar positivamente cometieron una estupidez y tomaron a los discípulos y los encarcelaron. Pero, no contaban que en la noche vendría un ángel y los liberaría (Hechos 5:19). Al salir, se fueron directamente al templo para enseñar. Cuando los sacerdotes los mandaron a buscar a la cárcel recibieron el informe de que ellos estaban libres y que nada había sido forzado en la cárcel.

Al encararlos y amenazarlos con que dejaran de predicar, Pedro respondió: “—¡Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres!” (Hechos 5:29). No hay caso, en todas las épocas, el poder enceguece, y hace que las personas que aman más el poder que la verdad no perciban lo que es correcto aunque lo tengan frente a sus ojos. Ese es el drama del poder y de la presunción.

¿Estás haciendo de la obediencia a Dios lo más importante de tu vida o estás esperando instrucciones del poder de turno?

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: Cada vida un universo 

MOTIVO DE GRATITUD 43: Agradezco a Dios por los amigos que permanecen cuando todo alrededor se desmorona. No nos dejan, están cuando más los necesitamos. 

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La ceguera perversa


“De hecho, en ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos” (Hechos 4:12)

La Biblia no menciona a ninguno de los que juzgaron a Pedro y a Juan, pero, no es difícil inferir que se trataba de los mismos que condenaron a Jesús. Ha pasado poco tiempo de la muerte y resurrección de Cristo, así que todo está fresco en la memoria de los que dirigen.

Sin embargo, cuando ven lo que sucede con el paralitico que milagrosamente ha sido sanado, no ven mejor cosa que hacer venir a los apóstoles, en primer lugar, para interrogarlo, y luego para amenazarlos para que dejen de hablar de Jesús.

Pedro, que está irreconocible, que no se asemeja en nada al que poco tiempo atrás a negado a su maestro dice de manera elocuente: “—Gobernantes del pueblo y ancianos: Hoy se nos procesa por haber favorecido a un inválido, ¡y se nos pregunta cómo fue sanado! Sepan, pues, todos ustedes y todo el pueblo de Israel que este hombre está aquí delante de ustedes, sano gracias al nombre de Jesucristo de Nazaret, crucificado por ustedes pero resucitado por Dios” (Hechos 4:8-10).

Los miembros del consejo judío que los juzga se quedan pasmados, por un lado, como políticos que son, le temen a la reacción del pueblo, por otro lado, no tienen nada que puedan usar para acusarlos de herejía o de alguna otra cosa a esas dos personas que están frente a ellos. Así que optan por amenazarlos y amedrentarlos para que no hablen, sin embargo, nuevamente Pedro habla y les dice: “—¿Es justo delante de Dios obedecerlos a ustedes en vez de obedecerlo a él? ¡Júzguenlo ustedes mismos! Nosotros no podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído” (Hechos 4:19-20). ¡Ese es el poder de la convicción!

En todas las edades, cuando la visión religiosa se contagia con intereses políticos, simplemente, las personas dejan de ver la realidad y terminan siendo ciegos al mensaje de Dios, tal como estos dirigentes religiosos judíos, que por segunda vez tenían la oportunidad de enmendar sus malas decisiones, pero, tercamente, se aferraron a sus prejuicios.

¿Quién controla tu mente? ¿Los prejuicios o las certezas reales?

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: Cada vida un universo

MOTIVO DE GRATITUD 42: Doy gracias por los testimonios que escucho de la manera en cómo obra en la vida de otras personas, eso me da esperanzas, especialmente cuando los días no son buenos.

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Ni plata ni oro


“—No tengo plata ni oro —declaró Pedro—, pero lo que tengo te doy. En el nombre de Jesucristo de Nazaret, ¡levántate y anda!” (Hechos 3:6)

Cuenta la historia que un día caminando el Papa de ese momento con el pensador y escritor cristiano Tomás de Aquino, se pusieron a contemplar los edificios del Vaticano y el Papa le dijo ufano a su interlocutor:

—Ahora no podemos decir como en tiempos de Pedro, “no tengo plata ni oro”.

—Si –dijo de manera elocuente, Tomás de Aquino–, pero tampoco podemos decir “levántate y anda”.

Pedro tenía en su momento una convicción que los cristianos han perdido en los siglos venideros. Puede ser una locura, pero cada vez se confía más en las estructuras denominacionales y... en la cuenta bancaria de la corporación que en Dios mismo.

Cuando una organización religiosa de raíz cristiana pierde el sentido de misión y se concentra más en construir una organización, no se diferencia mucho de una transnacional con sus fines meramente temporales.

Pedro y Juan lo entendía muy bien, por eso, con convicción repitieron “no tengo plata ni oro”... y a continuación le dieron a ese hombre lo que nadie más podía darles: Sanidad, poder, esperanza, futuro y la alegría más grande de toda su vida.

No es extraño que ese hombre, que la Biblia no registra su nombre, se pusiera a saltar y a gritar como loco. Entro al patio del templo (al templo nadie entraba, salvo los sacerdotes de turno), alabando estruendosamente... y no es para menos, un momento antes estaba paralítico, y ahora, por el poder de alguien que no ha oído hablar en su vida recibe el regalo de la sanidad física y de paso, le quita el estigma de que los “pecadores” eran condenados por sus faltas a estar enfermos.

Nunca tendremos poder si en nuestro horizonte está la plata y el oro. Nunca podremos ser agentes eficaces para transmitir el poder del Espíritu Santo mientras estemos pensando en grandeza y bienes humanos. Para tener poder, hay que dejar el oro y la plata, no hay otra forma.

¿Comprendes que tu y yo podemos ser impedimentos para recibir poder?

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: Cada vida un universo 

MOTIVO DE GRATITUD 41: Gracias a Dios por la sonrisa de un niño. En cada rostro infantil Dios nos saluda y nos hace un guiño de esperanza.
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Un millonario entre los apóstoles


“Mientras Jesús estaba comiendo en casa de Mateo, muchos recaudadores de impuestos y pecadores llegaron y comieron con él y sus discípulos” (Mateo 9:10)
A menudo, por mito y desinformación, se presenta a los discípulos como ignorantes y pobres. No eran ni lo uno ni lo otro. Al menos dos eran comerciantes (Judas Iscariote y Simón el Zelote, que era tintorero); había uno de ascendencia sacerdotal y que también era mercader (Natanael); otros pescadores (Pedro, Andrés, Jacobo y Juan), y no eran pobres, al menos los hijos de Zebedeo, porque su padre contrataba a otras personas para trabajar con él; Felipe, no se sabe a ciencia cierta que oficio tenía, aunque tenía ascendencia griega, algunos suponen que era pescador; Tomás, que era carpintero y albañil, por eso se lo ubica posteriormente en la construcción de un palacio en la India; Judas Tadeo era agricultor y a juzgar por su formación, no era pobre, no se sabe que oficio tenía su hermano Jacobo, pero siguiendo la tradición probablemente se dedicaba a lo mismo. Finalmente, Mateo que era rico, ningún pobre podía ser publicano, porque para serlo había que comprar el derecho a recaudar impuestos, y eso lo podían hacer sólo personas de fortuna.

¿Qué vio Jesús en Mateo que lo invitó a ser su discípulo? La Biblia no nos da antecedentes, pero se infiere, que Cristo observó algo distinto en él a diferencia de otros cobradores de impuestos. Cuando invita a Jesús a su casa a comer, en realidad es a un banquete. Tenía casa en Jerusalén, y eso lo sitúa como una persona de influencia, pocos podían tener sus hogares dentro de las paredes amuralladas de la ciudad. La razón que otros recaudadores de impuestos llegaran a su casa indica que era una persona respetada.

Dios no hace acepción de personas. Llama a todos, pero hay que tener cuidado con las tradiciones que transmiten ideas equivocadas. Probablemente los menos preparados de todos los discípulos sean Pedro, Simón, Judas Tadeo y Santiago el menor, sin embargo, nunca Jesús lo hace notar, porque Dios no se interesa por eso, aunque una persona educada puede hacer mucho bien, pero también alguien honesto puede hacerlo.

Dios espera que utilicemos todos nuestros talentos a su servicio, y así hizo Mateo que dejó para la posteridad el libro que lleva su nombre.

¿Estás entregando toda tu preparación para el servicio del evangelio?

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: Cada vida un universo

MOTIVO DE GRATITUD 40: Gracias a Dios por que ha puesto en nosotros el afán de saber, sin esa capacidad, no podríamos aprender y no creceríamos. 

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De bandido a discípulo


“Simón, al que llamaban el Zelote” (Lucas 6:15)

Los zelotes eran un grupo radical que conformaba un movimiento nacionalista político-religioso. Se habían declarado en rebeldía contra el imperio romano y sus enseñanzas armonizaban principalmente con los fariseos, aunque se ocupaban de la política de manera prioritaria. Según el historiador judío-romano Josefo, habría sido fundado por Judas de Galilea.

Lo que comenzó como un movimiento de resistencia se convirtió con el tiempo en una lucha fanática contra los romanos, y se los conoció como los “hombres de las dagas”, porque siempre andaban armados y se preparaban para matar. Eran famosos por ser fanáticos asesinos. También se los conocía por su celo en la defensa de los mandamientos y la ley, de allí su afinidad con los fariseos.

¿Cómo se convirtió en discípulo de Cristo? La Biblia no nos da muchos antecedentes, pero Simón el Zelote se convirtió en uno de los allegados a Jesucristo. Un terrorista devenido en predicador itinerante. Es un cambio realmente espectacular.

Lo bello del evangelio no es que produce cambios externos, sino porque hace que las personas cambien de rumbo y transforma radicalmente sus vidas, al grado de pasar de ser bandidos, sicarios y asesinos, en personas pacíficas y llenas de amor por los perdidos.

La tradición dice que se acercó a Jesús motivado por Pedro y que en el momento en que llega al grupo de discípulos tiene 28 años. Era un mercader, que se había revelado contra el imperio, probablemente no era pobre, sino una persona de recursos. Algunos registros señalan que la muerte de Jesús lo devastó y por un tiempo se apartó de todos para rearmar su vida.

Luego se fue a Alejandría en Egipto y de allí, remontó el Nilo, siendo el primer predicador cristiano que ingresó al África, donde hay muchos lugares que recuerdan su paso. No hay seguridad en qué lugar de África murió, pero predicó de Cristo hasta el final de sus días. Lo que he pensado hoy al leer sobre Simón el Zelote es que si Jesús, con su amor y paciencia, transformó a Simón, tu y yo, ciertamente, tenemos esperanza.

¿Haz dejado tus armas a los pies de Jesucristo para rendirte sólo a él?

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: Cada vida un universo

MOTIVO DE GRATITUD 39: Doy gracias a Dios por la tecnología. Dios nos creó pero no nos dio todo hecho, tuvimos que inventar y trabajar para hacer todo mejor, porque Dios nos dio la capacidad de hacerlo. 

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La depresión no es un pecado


“¡Estoy harto, Señor! protestó. Quítame la vida, pues no soy mejor que mis antepasados” (1 Reyes 19:4)

El pedido de Elias a Dios no sólo es extraño, también es normal. Si, como leen, normal, cuando una persona está viviendo un estado depresivo que lo hace ver todo negativo, no desea más que morirse. Lo grandioso de esta historia es que Dios no reprende a Elias por su pedido, no le dice nada.

Si algunos de los cristianos que conozco, con su moralidad a cuestas y su justicia acusadora hubiera escuchado a Elias repetir esa oración lo habrían reprendido y acusado de apóstada y de haber abandonado la fe de sus padres. Hasta lo habrían querido sacar de la “santa iglesia” por expresar en voz alta lo que muchos han gritado con un nudo en la garganta.

Elias se durmió llorando y lamentando. De pronto, lo despertó un ángel que lo invitó a comer, para que recupere fuerzas. Al mirar a su alrededor vió que había un pan preparado en las brazas de una fogata y agua. El profeta comió, y luego, se volvió a dormir.

¡Eso hace Dios! No reprende al cansado, no acusa al exhausto, no juzga al deprimido, al contrario, lo alimenta, vela para que esté bien, busca que sus fuerzas se renueven.

Al pasar la noche, nuevamente el ángel lo despierta y le da de comer. Ahora es enviado lejos, camina 40 días. ¿Quién lo alimentó en todos esos días? ¡Pues Dios! ¿Quién más? Cuando llega a Horeb, unos 400 km. de dónde había partido, Elias es otra persona. Ha hecho ejercicio, ha sido bien alimentado, ha sido sacado de la fuente de conflictos que tenía. Por eso lo primero que le dice a Dios apenas llega es: “Me consume mi amor por ti, Señor Dios Todopoderoso” (1 Reyes 19:10). Dios se presenta delante de Elias, y luego lo manda a ungir a un rey de otro país, a Damasco, 500 km más de caminata. Al llegar de ese largo viaje de sanación, Elias ha vuelto a ser el de antes, pero renovado.

Así nos trata Dios a todos. No nos acusa. Se mantiene a nuestro lado. Nos acompaña. No hay que temer contarle nuestras tristezas porque estar deprimido no es pecado.

¿Estás seguro de estar llevándole tus tristezas a Dios?

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: Cada vida un universo 

MOTIVO DE GRATITUD 38: Gracias Dios por los días malos, porque cuando pasa el huracán puedo apreciar con mayor alegría tu presencia, porque sé que en medio del tifón has estado conmigo. 

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Sexismo y Biblia


“La serpiente con su astucia engañó a Eva” (2 Corintios 11:3)

Una correcta interpretación de la inspiración de la Biblia, puede ayudarnos a comprender algunos conceptos que golpean de frente con la sensibilidad contemporánea en relación al sexismo y el falocentrismo.

Dios inspiró la Biblia, no la dictó. Esa premisa es fundamental para poder comprender el contenido bíblico. Los autores y autoras bíblicas no dejaron de ser parte de su cultura cuando escribieron la Biblia. Para empezar, no utilizaron un lenguaje nuevo y neutro, usaron la lengua que conocían y que estaba cargada con todas las limitaciones propias de lo humano. Hicieron su mejor trabajo para transmitir lo que les había sido revelado o inspirado, pero lo hicieron utilizando sus propias palabras y desde su contexto cultural.

Dios anunció que a consecuencia del pecado los varones se ensoñarían de la mujer (Génesis 3:16), muchos equivocadamente han tomado esta descripción como una orden o deseo de Dios, lo que es falso. En Génesis 3 Moisés, inspirado por Dios, relata lo que ocurriría, pero en el mismo texto anuncia la esperanza de la restauración (Génesis 3:15).

Fue Tertuliano (155-245), el primer escritor cristiano, en introducir una lectura sexista a la Biblia, es decir, una mirada donde menosprecie a un sexo y valide otro como superior. Tertualino sostuvo: “Toda mujer debe caminar como en duelo y arrepentimiento, a fin de que por cada vestimenta de penitencia, ella pueda expiar más completamente lo que de ella deriva de Eva, la ignominia, es decir, ser la primera en el pecado y el odio, siendo ella la causa de la perdición humana”. Otras de sus frases utilizadas por muchos sexistas: “Tú eres la puerta del diablo”; “eres la primera desertora de la ley divina”; “eres la que convenció a Adán a quién el diablo no fue suficientemente valiente para atacar”; “destruíste fácilmente la imagen de Dios, el hombre”; “te alejaste del varón y esa fue tu perdición”.

Ninguna de estas ideas tergiversadas y horrendas está en la Biblia. La Biblia nunca culpa a Eva por el pecado ni sigiere ni remótamente que por su causa entró el pecado en el mundo. Quien lo sostiene, simplemente hace una lectura sexista de la Escritura.

¿Estás seguro de hacer una lectura equilibrada de la Biblia?

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: Cada vida un universo

MOTIVO DE GRATITUD 37: Agradezco a Dios por la capacidad de ver, sin esa opción no podría apreciar todas las hermosuras que nos ofrece este mundo, que aún caído, mantiene rasgos de la belleza inicial.  

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Claudia, la mujer detrás del poder


“Mientras Pilato estaba sentado en el tribunal, su esposa le envió el siguiente recado: ‘No te metas con ese justo, pues por causa de él, hoy he sufrido mucho en un sueño’” (Mateo 27:19)
La Biblia la menciona sólo una vez en la Biblia, pero la historia la recuerda por su valentía en la defensa de Cristo. Su nombre era Claudia y era la esposa del procurador romano Pilato, que era el agregado del imperio para Palestina.

Se hace presente durante el juicio de Jesús, si es que a esa pantomima vergonzosa puede llamársele “juicio”. Antes se había efecutado la parodia del juicio religioso. Pilato estaba escuchando las acusaciones de los judíos. Al interrogar a Jesús se dió cuenta de su inocencia, cosa que expresa claramente. A partir de ese momento su cobardía no le permite soltar a un inocente. Lo envía donde Herodes, quien también reconoce la inocencia de Cristo. Luego intenta compararlo con Barrabás para que lo libere el pueblo a través del indulto. Es en ese momento cuando recibe el recado de Claudia, su esposa.

Las indicaciones de Claudia son claras, no te mezcles en este asunto. Pilato debe haberse sorprendido, fue su oportunidad para hacer lo correcto, sin embargo, la política y la presión popular pudo más que su conciencia.

Claudia Prócula era de familia imperial, eso hacía que tuviera un gran peso en las posibles decisiones que tomara su esposo. Por la influencia política que tenía su esposa, le convenía hacerle caso, sin embargo, decidió seguir adelante por el temor que sentía frente a la presión popular.

Una tradición que se remonta al menos hasta Orígenes señala que se convirtió al cristianismo, por eso la Iglesia Ortodoxa la venera como santa. Es posible que conociera a Jesús porque no había pasado desapercibido y aún mujeres de la corte seguían a Cristo. Lo que llama la atención, que en el juicio de Jesús, fue ella, la única que defendió a Cristo. Otra sería la historia si Pilato le hubiera hecho caso.

Cuando las personas se dejan guiar por lo justo y obedecen a su conciencia, los incidentes de su vida toman otro giro. Pero cuando el amor al poder es superior, no importa cuántas exhortaciones reciba, ni quién sea el que intente hacerlos reflexionar, seguirán pese a las consecuencias.

¿Quién guía tu vida, la conciencia del actuar correcto o la presión social?

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: Cada vida un universo

MOTIVO DE GRATITUD 36: Me encontraba saboreando una lechuga, aliñada con sal marina y limón, y de pronto pensé, gracias Dios por las lechugas, tan sencillas, tan sabrosas, tan sanas, lo has hecho perfecto, y también gracias al primero que se le ocurrió que se podía comer.

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Criar en la perversidad


“Los hijos de Elí eran unos perversos que no tomaban en cuenta al Señor” (1 Samuel 2:12)

El cargo no hace a una persona. Si alguien define su vida a partir de la responsabilidad que tiene, entonces, su existencia es muy limitada, y desde muchos ángulos, carece de sentido en sí misma. Nuestro trabajo es lo que hacemos, no lo que somos. Eso incluye aún los oficios religiosos. Cuando no se capta la diferencia, entonces, la vida se desequilibra.

No sé en qué momento comenzó el desiquilibrio en la vida del Sumo Sacerdote Elí, pero en algún momento su vida dio un giro hacia el cargo y se olvidó del resto de su existencia. Sus hijos son un claro ejemplo de la pérdida del rumbo.

A veces, se tiende a creer que la responsabilidad que se tiene, no tiene nada que ver con la familia y los hijos. Pero, la realidad es otra. Cuando el trabajo ocupa todo el horizonte de nuestra vida, entonces, no hay lugar para hijos ni para nadie ni nada más.

Por otro lado, cuando no se entiende adecuadamente la diferencia entre “tener” un trabajo y “ser” una persona, se tiende a ser negligente en otras áreas de la vida. Los hijos de Elí se convirtieron en personas perversas y abusadoras. No conforme con todo lo que hacían, se convirtieron en proverbiales por su maldad y su forma de actuar perversa.

Supongo que Elí debe haber sufrido con sus hijos, pero no hay ningún registro de que reprendiera a sus hijos o hiciera algo para detenerlos. Hay dos opciones, una es que no se considerara responsable por la conducta de sus hijos y creyera como muchos varones de la actualidad, que la responsabilidad es de la madre, por lo tanto, se mantienen afectiva y efectivamente ausentes. Eli pudo ser como algunos machos latinos, procrean y se alejan, no necesariamente de manera física, pero si se ausentan de la crianza.

Otra opción, es que la perversidad de sus hijos haya llegado a tal grado que llegara a temerles, y de esa forma, se mantuviera al márgen. Una tercera posibilidad, es que simplemente justificara a sus hijos, como muchos padres que son críticos con los hijos ajenos y miopes con los propios. De todas las formas posibles, Elí es un anti ejemplo, un retrato de lo que no se debe hacer.

¿Importa tanto tu trabajo que descuidas a tu familia?

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: Cada vida un universo

MOTIVO DE GRATITUD 35: Alabo a Dios por la creación del tacto, porque nos da la oportunidad de apreciar de otras formas la naturaleza y todo lo que ha creado. No imagino mi vida sin poder sentir a través de la piel. 

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El costado de Jesús


“Pero cuando se acercaron a Jesús y vieron que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante le brotó sangre y agua” (Juan 19:33-34)
Los soldados romanos eran personas crueles e implacables. Se los formaba para que no tuvieran misericordia con nada ni con nadie. Eran asesinos y parte de una maquinaria sangrienta preparada para matar de manera impune. De hecho, sólo tenían piedad con alguien que tuviera la nacionalidad romana, exclusivamente porque así lo demandaba la ley. Sin embargo, con todas las demás personas, su moral tergiversada les indicaba que no tenían ningún valor. Así que el acto de tomar una lanza e incrustarla en el costado de Jesús, era de lo más normal, en su mente no existía ningún tipo de reparo moral. Cristo, para él, era otro más que había que asesinar.

No sabemos por la Biblia el nombre de este soldado, sin embargo, una antigua tradición señala que se llamaba Longino, y es el centurión que luego de ver todo lo que ocurre con Jesús en la cruz exclama: “De verdad éste era el hijo de Dios”. La misma leyenda cuenta que llegó a convertirse en cristiano y ha sido venerado como santo por el catolicismo. No tenemos certeza total de esta historia, aunque, algún elemento de verdad debe contener, porque hay muchos relatos que lo reseñan.

Lo que sí es cierto, que tomó una lanza y la incrustó en el costado de Jesús, probablemente para confirmar la muerte de Cristo, porque como soldado no podía retirarse del lugar hasta que el condenado estuviera muerto.

Salió de su costado “agua y sangre”, en realidad, no era agua, sino suero fisiológico, pero como esa expresión no existía para ese tiempo, la forma más fácil de explicarlo era que surgió “agua”. Esa combinación de suero y sangre, de un modo u otro, explica el sufrimiento físico de Jesús y su agonía.

En algún momento, cuando Jesús venga, todos los que participaron en el asesinato de Cristo deberán confrontarse con sus actos. Juan en Apocalipsis 1:7, dice que todos lo verán, incluso los “que lo traspasaron”. Así mismo será con todos los que no aceptaron a Jesús, en algún momento tendrán que confrontarse con sus decisiones, de aceptación o rechazo de Jesucristo.

¿Estás conciente de que todo acto humano trae consecuencias temporales o eternas?

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: Cada vida un universo

MOTIVO DE GRATITUD 34: Doy gracias a Dios por la vida. Sin vida no tendríamos nada y gracias a ese don que Dios nos concede podemos gozar de tantos momentos de bendiciones. 

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Andrés, el buen hermano


“Felipe era del pueblo de Betsaida, lo mismo que Andrés y Pedro” (Juan 1:44)

En algún momento de la historia del cristianismo se creó el mito de que los apóstoles eran pescadores. La verdad, es que se sabe con certeza que sólo tres de los discípulos eran pescadores: Pedro, Andrés y Jacobo. Los siguientes nueve tenían diferentes oficios, y de algunos no se tiene total certeza.

Andrés era discípulo de Juan el Bautista, y estuvo con su maestro el día en que él les contó que Jesús era el Mesías. Andrés, acompañado de su amigo Juan, siguieron a Cristo, y se convirtieron en los primeros discípulos que se tenga referencia en la Biblia.

Lo primero que hizo Andrés cuando conoció a Jesús fue ir a buscar a su hermano para llevarlo donde Cristo. El resto es historia, Simón se convirtió en Pedro (piedrita), el nombre que Jesucristo le puso, y a partir de allí, por la personalidad de Pedro, él tomó el liderazgo del grupo. Influía su personalidad, pero también su edad. Siguiendo la lógica del mundo antiguo la persona más respetada era el que tenía más edad.

El acto de Andrés es memorable. Cumplió lo que luego se convirtió en el método de Cristo para la evangelización. Comenzar por los conocidos, especialmente la familia. Cuando fue donde su hermano, lo hizo por amor, porque entendía que lo mejor que podría presentarle sería al Mesías. Seguramente más de alguna vez, como judíos piadosos, habían hablado acerca de la promesa de Isaías y de los profetas que anunciaban la venida del Mesías.

La diferencia de Andrés y otros, es que no estaban contaminados con los conceptos que habían impregnado a otros grupos religiosos judíos, así que recibieron a Jesús de manera auténtica y sin dobles interpretaciones.

La tradición histórica cuenta que Andrés fue crucificado en Patrás, la capital de la provincia de Acaya en Grecia, y que pidió ser crucificado de cabeza, porque no se consideraba digno de morir como Jesús. Padeció por tres días y siguió hablándoles de Jesús a todos los que se acercaban a verlo en su agonía. Hasta el último momento en su afán de dar a conocer a Jesús, sin temor, y sin amilanarse frente al dolor y la tortura. Murió el año 63, bajo la cruel persecución de Nerón.

¿Has hecho de la comunicación del evangelio la parte esencial de tu vida?

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: Cada vida un universo

MOTIVO DE GRATITUD 33: Dios ha creado el universo, al ver las estrellas y el cielo en una noche, no hay más que exclamar de alegría al ver lo maravilloso que es nuestro Dios. Gracias por ese cielo estrellado. 

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El nombre que no es nombre


“Cuando Dios creó al ser humano, lo hizo a semejanza de Dios mismo” (Génesis 5:1 NVI)

La tradición es tan poderosa que difícilmente se nos ocurriría pensar que “Adán” no es un nombre, nunca lo fue y tampoco lo es ahora. El primer varón de la historia humana, simplemente, nunca tuvo nombre. Se lo llamó simplemente “ser humano”, expresión que en hebreo se dice “adam” y que se trasliteró al español como Adán. En cierto modo, la única que tuvo nombre fue “Eva”, pero, porque en un acto arbitrario, el primer varón decidió tratarla diferente y la consignó a un rol, madre, que es lo que significa “Eva”.

¿Qué tiene de importancia? Las connotaciones son muy complejas para la historia de los seres humanos. Cuando Dios crea a la raza humana, forma a dos seres, un varón y una mujer. Ambos, en igualdad de condiciones, para ser complementarios, no para que uno sea subsidiario del otro.

Por eso la Biblia consigna en el siguiente versículo del que encabeza esta reflexión que “Los creó hombre y mujer, y los bendijo. El día que fueron creados los llamó ‘seres humanos’” (Génesis 5:2 NVI). Otras versiones dicen simplemente, “los llamó Adán”. Eso quiere decir, que cuando nacieron de la mano de Dios el primer varón y la primera mujer, fueron llamados de la misma forma. Con ese gesto Dios consignaba expresamente que los consideraba a ambos de la misma esencia.

Sin embargo, el primer varón, en un acto que señalaba la introducción del pecado se quedó con la designación, convirtiéndolo en nombre, y le quitó a su compañera esa calidad, nombrándola de una forma que sólo fuera circunscrita a un rol, nada más, quitándole el atributo más importante de la creación, ser, “ser humano”.

Aún vivimos las consecuencias de dicha decisión. La división entre varones y mujeres es tal, que muchos hombres aún les cuesta trabajo entender que las mujeres son tan seres humanos como ellos como los mismos derechos y deberes. Cuando un varón discrimina a una mujer, o la disminuye, de cualquier manera, está repitiendo el acto arbitrario del primer varón de no reconocer en la mujer, su par, su igual, su complemento.

¿Entiendes que ante los ojos de Dios, varones y mujeres, somos iguales por creación?

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: Cada vida un universo

MOTIVO DE GRATITUD 32: Gracias Dios por el agua, es maravilloso la forma en que los has hecho, con toda su trasparencia, esconde un mundo de misterios. 

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