“Entrega tu mente a la inteligencia” (Proverbios 2:2)
La mente humana es extraordinaria. La capacidad que tiene de crear, inventar, descubrir, elaborar pensamiento y comunicar es asombrosa. Cuesta creer que algo tan pequeño produzca algo tan eficazmente extraordinario como lo es el control del cuerpo humano y las posibilidades sobresalientes que tiene.
De todas las habilidades humanas la que excede en comprensión y maravilla es la capacidad humana de pensar. No me refiero a repetir o memorizar, sino a la posibilidad de crear pensamiento, de elaborar soluciones creativas para problemas de todo tipo. La mente es la puerta abierta al infinito, permite las más grandes proezas. La historia de la ciencia y de la cultura humana nos muestra en extenso el prodigo humano de pensar.
¿De qué se nutre la capacidad de pensar? Pues de algo simple y complejo a la vez. La mente piensa con ideas y con palabras. Sin embargo, si las ideas son distorcionadas, entonces, la capacidad mental del ser humanos se limita por los supuestos, presupuestos y juicios a priori que se instalan en la mente.
En muchos sentido, el mayor obstáculo humano para poder avanzar en una progresión de nuevas sendas de crecimiento, es precisamente, la mente. Por esa razón, es preciso higienizar la mente. Librarla y limpiarla de aquellas ideas que nacen en el mito, el temor o la manipulación.
Una mente sana no vive esclavizada a ideas que no sirven o que se basan en mitos que no se pueden probar y que son simplemente, el medio que han tenido los poderosos para controlar a las masas.
Las ideas no sólo sirven para ayudarnos a elaborar nuevos pensamientos, también tienen el potencial de ayudarnos a cambiar el mundo y la realidad. Muchas ideas que hoy nos parecen geniales, en algún momento fueron sólo un concepto insipiente en la mente de una persona e incluso, algunas ideas fueron resistidas y perseguidas, por ser consideradas peligrosas. Por ejemplo, los primeros cristianos fueron llamados ateos porque se negaban a creer en los dioses romanos. Causa risa, porque los latinos que reclamaban no se daban cuenta hasta qué punto sus ideas los convertían en esclavos de miedos. Liberarse es dejar a un lado ideas que no sirven.
Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inédito: Superando obstáculos
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