Textos terroríficos

“Las mujeres jóvenes que no hayan conocido hombre,... manténganlas vivas” (Números 31:18)

“Maten a cada varón entre los pequeños, y maten a cada mujer que haya yacido con un hombre. Pero todas las mujeres jóvenes que no hayan conocido hombre, manténganlas vivas para ustedes” (Números 31:17-18).

Cuesta creer que este texto horroroso esté en la Biblia, pero así es, no hay duda, la cultura del ojo por ojo, y la falta de sensibilidad despiadada hizo que muchas personas de tiempo de Moisés actuaran como verdaderos salvajes.

Si esas personas hicieran eso en la actualidad los trataríamos de genocidas y criminales de guerra. Si tomaran a las mujeres y las convirtieran a la fuerza en sus esclavas sexuales, los llamaríamos violadores y sádicos. Pero, como está en la Biblia, mucha gente, con sensibilidad nula justifica lo que no tiene justificación.

Uno de los graves problemas del Antiguo Testamento, que tal como está escrito, se tiende a sostener que Dios está detrás de todas esas acciones, que son simplemente, bárbaras. Esto es más patente en versiones o traducciones de la Biblia donde se nota un énfasis determinista, donde la voluntad humana parece anulada y la supra soberanía divina pareciera que es lo único que cuenta.

Dios es un Dios de justicia, no puede avalar actos como los descritos en esos versículos, donde extralimitándose, Moisés lo atribuye a una orden divina.

Si Dios tuviera maneras diferentes de actuar, entonces, estaríamos ante una divinidad ambivalente que no se diferenciaría en nada a los dioses paganos tan populares en tiempos de Moisés.

Tratar a las mujeres como mercancía y trofeo de guerra, no es más que violencia disfrazada de acción correcta. ¿Se imaginan lo que habrán sufrido esas mujeres al ser violadas para convertirse en concubinas de varones que habían matado a sus padres, hermanos, y amigos? ¿Cómo puede creer alguien que esto es voluntad divina? ¿Cómo un Dios justo podría justificarlo?

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez

Del libro inédito: Ser mujer no es pecado