“Hombre y mujer los creó y los bendijo” (Génesis 1:27)
Sin la mujer, el hombre es varón, pero aún no plenamente humano. Cuesta entender la negación de humanidad de aquellos que sienten que su anatomía les da el derecho a decirle a otros seres humanos qué creer, qué pensar y qué hacer con su género.
Cuando un varón maltrata a una mujer con un discurso sexista y con la violencia simbólica ejercida desde un patriarcado trasnochado, lo único que hace es denigrarse a sí mismo como parte de la humanidad.
En este ejercicio de vivir, varones y mujeres, somos únicos. Seres que merecemos todo el respeto del mundo no por parecer sino por ser. No es posible que el género defina la forma en como somos tratados.
Quien menosprecia a la mujer, en el fondo, no se respeta a sí mismo lo suficiente como para entender que en la lotería de la vida, ser varón o mujer no es imposición de la naturaleza y ni siquiera decisión divina, sólo es una consecuencia de un proceso natural donde no hay más intervención que el azar genético.
Un humano es plenamente tal hasta que reconoce con equidad la presencia de otro género en términos paritarios, de derecho y en igualdad de condiciones.
El varón sin la mujer no es pleno, así como la mujer sin el varón no es completa. Sólo cuando se aceptan como tales devienen en humanidad.
Esta simple y soberana verdad hace toda la diferencia en las relaciones de las personas. Si sólo lo recordáramos la existencia tendría otro sentido y dejaríamos atrás los revanchismos y todas las actitudes que hacen la vida de la mujer tan difícil en muchos lugares.
Los varones que carecen de empatía frente a esta problemática, en general no entienden el verdadero problema y la dimensión que tiene, en muchos sentidos, porque pertenecer al género masculino les da cierta conformidad, si se es inteligente, es preciso mirar más allá.
“La igualdad es una necesidad vital del alma humana. La misma cantidad de respeto y de atención se debe a todo ser humano, porque el respeto no tiene grados” (Simone Weil).
Del libro inédito Reflexiones al amanecer
Copyright: Miguel Ángel Núñez
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