“El perfecto amor echa fuera el temor” (1 Juan 4:18)
La industria del cine explota hasta la saciedad este anhelo natural de todo varón y mujer, no siempre con aciertos. En muchos casos presenta una visión distorsionada del amor.
En esta película Toma Hanks y Meg Ryan vuelven a ser protagonistas de una comedia romántica. Creo que la vez anterior (Sintonía de amor) fueron más naturales. Una buena historia de amor cautiva.
La historia presenta a Kathleen Kelly (Meg Ryan) dueña de una pequeña librería infantil y Joe Fox (Tom Hanks) propietario de la cadena de librerías más grande de Manhattan. Así que de ese modo los protagonistas son enemigos por naturaleza. Casualmente, y de manera anónima, coinciden en el ciberespacio y comienza un intercambio epistolar a través del correo electrónico y se enamoran. Hay muchos testimonios de personas que se han enamorado a través del contacto por Internet. Sin embargo, nada sustituye la necesidad de conocerse en persona.
Una razón por la cual el contacto por medio de Internet suele ser popular es porque amparados en un seudónimo es posible ser auténticos. Lamentablemente esa es una forma de engaño, porque se esconde la identidad.
Dios nos concedió el privilegio de amar, sin embargo, la palabra de Dios dice que “el perfecto amor echa fuera el temor” (1 Jn. 4:18). Cuando hay amor no hay miedo de ser auténtico. El que ama descubre en el otro a alguien que es capaz de aceptarlo de manera plena. El amor verdadero no necesita de seudónimos ni autoengaños, es auténtico y natural.
“Amame u odiame, pero líbrame de tu indiferencia” (Libbie Fudim).
Del libro inédito Historias de cine
Copyright: Miguel Ángel Núñez
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