“Adán fue formado primero, y después Eva” (1 Timoteo 2:13)
Al leer los muchos comentarios que se han escrito de los textos de 1 de Timoteo 1, que venimos analizando en estos días, una de las cosas que llama la atención es la poca consideración al texto y su contexto. Pareciera que hay personas que creen que las palabras de la Biblia deberían entenderse de manera aislada, lo que no sólo es un craso error, sino que además, introduce sesgos en la interpretación bíblica.
Hay varios contextos que deben ser entendidos:
1. Es preciso entender el contexto textual, el más cercano y el más lejano de un texto. Todo texto literario, y la Biblia no es la excepción, está dentro de un contexto más amplio. Si ese contexto se desconoce, se corre el riesgo de hacerle decir al autor lo que él no ha querido expresar.
2. Pero también es preciso considerar el contexto lingüístico. Una palabra, puede tener un sentido en un momento histórico y también, adquirir un sentido diferente dentro del escrito de un autor. Las palabras de la Biblia, no significan necesariamente lo mismo que significaron en el momento en que fueron escritas. Es preciso hacer un análisis de qué entendieron los que por primera vez leyeron o escucharon, y luego hacer el contraste con lo que hoy se entiende, para analizar si hay concordancia o discrepancia.
3. El contexto histórico y cultural en que algo es dicho, también es fundamental para entender lo que el autor está queriendo expresar, y es ahí donde se falla más a menudo, porque se tiende a desconocer las razones históricas o culturales que mueven a un autor a expresar lo que dice, en el caso de 1 de Timoteo, se ha desconocido casi completamente en los comentarios de las palabras de Pablo, el problema del gnosticismo que atacaba la fe cristiana, sin ese componente, difícilmente se entenderán algunas expresiones del apóstol, que desconociendo el contexto aparecen como extrañas.
Evidentemente, la reacción de Pablo tiene una razón.
Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez
Del libro inédito: Ser mujer no es pecado
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