“No me tome usted por una mala mujer” (1 Samuel 1:16)
Turnau es una pequeña ciudad en Austria, conocida porque en 1611 se realizó allí un Sínodo, presidido por el cardenal Forgats. En dicha oportunidad el cardenal se mandó algunas frases misóginas para el bronce que han sido repetidas a lo largo de la historia, una de las más populares dice: “Toda maldad es pequeña frente a la maldad de la mujer. La impiedad del hombre es mejor que una mujer buena”.
¿Existe en la Biblia algún versículo que señale que el pecado de una mujer es peor que el de un varón? Ciertamente no, así que de partida este argumento de Forgats es absurdo. Sin embargo, persiste en la mente de los misóginos contemporáneos la tendencia a culpar a la mujer del pecado.
Hace poco un cristiano de un país caribeño me decía molesto (copio textualmente):
—Los liberales como usted no entienden que la culpa del pecado es enteramente de Eva y con ella de todas las mujeres. Si ella se hubiera mantenido al lado de su esposo y le hubiera obedecido en todo, nada de lo que ocurre respecto al pecado habría pasado.
Es decir, soy catalogado de “liberal” por citar al apóstol Pablo que dice claramente: “No hay un solo justo, ni siquiera uno” (Romanos 3:10). Sin duda el pensamiento paulino no está haciendo diferencia entre “maldad” de mujer y “maldad” de varón. Para él es claro que ambos son igualmente injustos.
El mismo apóstol afirma luego “porque todos pecaron” (Romanos 5:12), y eso lo dice en el contexto de cómo el pecado se desarrolló en el mundo. Así que esa idea absurda y boba de que el varón es “menos” culpable que la mujer, no sólo no tiene asidero lógico, sino que además, es contrario a lo que la Biblia señala al afirmar claramente que “por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo” (Romanos 5:12), y no está hablando de la mujer sino del varón.
Estudiar la Biblia exige honestidad, de otra forma no sirve.
Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez
Del libro inédito: Ser mujer no es pecado
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