“Ahora bien, vivía en aquel pueblo una mujer que tenía fama de pecadora” (Lucas 7:37)
Algunos se esfuerzan por presentar a un Jesús sexista. El sexismo se refiere a “una actitud perjudicial o conducta discriminatoria basada en la presumible inferioridad o diferencia de las mujeres como grupo”10 en relación a los varones.
Parten de la premisa que si Jesús tuvo varones como discípulos excluyó de partida a las mujeres, olvidando que en su grupo más íntimo había mujeres que eran sus cercanas y discípulas al fin, qué duda cabe (Lucas 8:1-3).
Quienes sostienen a un Jesús sexista olvidan que la conversación privada más larga que el Maestro tuvo alguna vez fue con una mujer y además, despreciada y extranjera (Juan 4).
También convenientemente les cuesta entender que Jesús reprendió amablemente a Marta por no darle el lugar a su hermana María para convertirse en discípula, sentada a los pies de Cristo, como se estilaba en ese tiempo en la relación de púpilo y Maestro.
En las conveniencias del sexismo discriminador, olvidan que en tiempos de Jesús existían libros y escritos con diatribas horribles en relación a la mujer, a la que se solía culpar de los más absurdos pecados y peligros, y el Maestro, con su sabiduría divina nunca mencionó esas ideas, ni la más mínima.
Cuando todos lo apretaban intentando acercarse a él, Jesús detuvo la columna y puso en evidencia a una mujer que lo había tocado con fe, y no lo hizo para maltratar, sino para restaurar a aquella mujer a la comunidad y a la vida social (Mateo 9:20).
Cuando algunos pregonan que Cristo defendía una estructura patriarcal jerárquica, olvidan que Jesús defendió públicamente el sanar a una “hija de Abraham” (Lucas 13:16) enferma y despreciada.
Podrías estar horas contando de los momentos en que Jesús contra toda lógica de su tiempo, restituyó a las mujeres al sitial que nunca debió haber perdido, el de estar al lado de los varones de igual a igual. Quien no quiera aceptarlo debería reescribir la Biblia.
Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez
Del libro inédito: Ser mujer no es pecado
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