Al servicio de la burguesía


“O supongamos que una mujer tiene diez monedas de plata y pierde una. ¿No enciende una lámpara, barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla?” (Lucas 15:8)

Conviene a cierto sector de la sociedad tener a una mujer encerrada en casa y haciendo “labores del sexo” (como se decía en la década de 1950). Sin embargo, dicho modelo obedece a un momento de la historia que no es aplicable a otras.

Como reacción al libro que hemos venido comentando Cásate y sé sumisa, Feli Merino señala: “El ‘matrimonio tradicional’ nace como un modelo de relación adecuado a las necesidades que la burguesía y el capitalismo tenían en un contexto concreto. En aquel momento convino al sistema económico encerrar a la mujer en casa, dedicada exclusivamente al cuidado del hogar y de los hijos, para que una parte importante de la población pudiera dedicarse en cuerpo y alma a producir, es decir, a servir a las fuerzas impersonales del capital”.9

En principio el concepto es correcto, sin embargo, es preciso establecer un equilibrio, que no se consigue con una funsión exclusivamente femenina (cuidar casa e hijos) y otra masculina (proveer), sino en establecer una relación de armonía basada no en la sexualidad sino en los dones y los talentos.

Uno de mis grandes amigos se ha ocupado casi totalmente de sus hijos, incluso, tomando los pre y posnatales él, porque su esposa, una intelectual, políglota y con tres doctorados, evidentemente, no tiene el talento para hacerlo. Han organizado su vida de tal modo que sus hijos han crecido creyendo que es totalmente natural que el padre los atienda. No veo que tengan conflictos matrimoniales ni que su hombría y masculinidad esté en juego.

Cuando entendamos que el modelo bíblico no es de jerarquía ni de sumisión, sino de un pacto basado en entender quiénes son y qué aporta cada uno a la relación, en términos de talentos y dones, los problemas se resuelven y se elimina esa permanente contienda de competencias de jerarquías que lo único que hacen es entorpecer una relación adecuada.

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez
Del libro inédito: Ser mujer no es pecado


#MiguelÁngelNúñez #Meditacióndiaria #Devocional
Comparte en:    Facebook Twitter Google+

Related Posts:

  • Parte de la misión “El Señor, el Dios del cielo, que me sacó de la casa de mi padre y de la tierra de mis familiares, y que bajo juramento me prometió dar esta tierra … Read More
  • Nuevo matrimonio “Abraham volvió a casarse, esta vez con una mujer llamada Cetura” (Génesis 25:1) En muchos sentidos Abraham es un personaje extraño para su época. E… Read More
  • Una tarea difícil “Si la mujer no está dispuesta a venir contigo, quedarás libre de este juramento; pero ¡en ningún caso llevarás a mi hijo hasta allá!” (Génesis 2… Read More
  • Un perfil “Si una joven sale a buscar agua, y yo le digo: ‘Por favor, déjeme usted beber un poco de agua de su cántaro, y ella me contesta: ‘Beba usted, y ta… Read More
  • ¿Escogido? “Que sea ella la mujer que tú, Señor, has escogido para el hijo de mi amo” (Génesis 24:44) La mayoría de las versiones bíblicas al castellano tien… Read More

0 comentarios:

Publicar un comentario

Tus comentarios enriquecen este blog, y a las personas que lo leen. Te agradezco por tus aportes. Sin embargo, ten en cuenta que para que se publique lo que comentas debes indicar tu nombre (no se publicará ningún mensaje anónimo), y no debe aparecer ningún enlace a alguna página, número de teléfono, o dirección. Además, no se publicará ningún comentario con tinte ofensivo, homofóbico, discriminatorio, insultante o irrespetuoso. Todo lo demás, es bienvenido.