Busco ser perfecto

“Y a mí, como busco ser perfecto, rescátame, Señor, ten piedad de mí” (Salmo 26:11 BL95)
 

El salmo 26, completamente, está teñido con una lucha que han tenido los creyentes siempre, separar la autoreferencia con lo que Dios hace. No hacer de la conducta personal condición para la recepción de la gracia. Evidentemente, el autor del salmo está pasando por un momento difícil y pretende “recordarle” a Dios lo que él debería hacer, en virtud del comportamiento que él ha tenido.
Esta actitud no es nueva, tampoco se irá completamente. Es lamentable que después de 2000 años de cristianismo aún estemos luchando con entender la obra de Dios y su forma de hacer las cosas. El salmo es sólo una prueba de esto.
 

Solicita el rescate de Dios, su piedad, otras ediciones dicen, su salvación, en virtud de que el busca ser perfecto, otras versiones de la Biblia suavizan la pretensión y ponen “íntegro”, “camino en inocencia”, “camino en mi entereza”, “intachable”, y, “honrado”. Evidentemente, los traductores tienen conflictos con poner la palabra “perfecto”, por todas las implicaciones que dicha expresión tiene.
 

¿Podemos demandar la salvación por nuestra supuesta perfección? ¿Alguien puede alegar ser inocente, íntegro y perfecto de manera absoluta? ¿Es posible la perfección?
 

Seguramente algunos, que no han entendido la naturaleza de Cristo, dirán: “Si él pudo, nosotros también”. La mayoría de los que tiene esta idea terminará con algún tipo de enfermedad mental, con ansiedad crónica, o desanimado y yéndose al otro polo, el de no creer.
 

Otros dirán, autoengañándose, “con el poder de Dios es posible”, y todos los días luchas y se sienten mal, y van de frustración anhelando que llegue el día donde sea posible. También es un camino que lleva al psiquiatra o al desánimo.
 

Aceptar que no somos perfectos, que en esta tierra nunca lo seremos, que sólo Dios es perfecto, que nuestra perfección es nominal, que cualquier cambio que se produzca en nosotros por el poder de Dios no aporta mérito de salvación, que sólo en Jesús podemos estar protegidos, y que no importa si nos equivocamos, en tanto nos mantengamos en la gracia, es el único camino bíblicamente viable.


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Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez. 
Del libro inédito: SALMOS DE VIDA 

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