Amar no significa renunciar a sí mismo, eso sería una especie de autoinmolación. El texto bíblico dice “ama” y da un paradigma para hacerlo: “como a ti mismo”, eso supone que antes de amar, el que ama se aprecia a sí mismo. No dice el texto que “ames” a tu prójimo “en vez de ti mismo”, eso sería absurdo y un sacrificio innecesario.
Muchas personas que se vinculan en pareja parecen olvidar este principio básico y terminan cediendo parte o completamente su vida, y se convierten en espejos de sus parejas, renunciando a intereses, deseos, incluso a su libertad de conciencia y posibilidades de crecimiento. Eso, simplemente, no es amor. A la larga, ocasiona un perjuicio enorme a la vida de quienes diciendo amar terminan destruidos.
Jonathan Swift señala que “la actitud estoica de atender nuestras necesidades eliminando nuestros deseos es como cortarse los pies cuando uno quiere zapatos”. Muchos hambrientos de amor están dispuestos a sacrificar sus propios deseos con tal de conseguir una migaja de ternura, pero eso es quedar con hambre, porque el costo de renunciar a sí mismo resulta ser un precio muy alto.
El amor nunca pide la renuncia de sí mismo al grado de autodestruirse, eso es propio de novelas románticas absurdas que presentan una perspectiva del amor llena de irracionalidades que crean el ambiente propicio para amores tóxicos, que en vez de nutrir una vida amorosa sana, plena y feliz, termina generando relaciones de codependencia, donde prima la violencia simbólica y donde alguien termina perdiendo el rumbo y creyendo que el amor es trágico y doloroso, lo que es lo más alejado de la realidad.
Amar es un don precioso. Cuando alguien ama y es amado, no debería sentirse disminuido ni anulado, al contrario. El amor ennoblece, enriquece, propicia lo mejor, crea las condiciones para que progresemos, seamos escuchados en nuestras necesidades, y seamos mejores personas, más plenas y felices. El amor, no tiene nada que ver con la autodestrucción ni la anulación de sí mismo.
Del libro inédito Lazos de amor
Copyright: Miguel Ángel Núñez
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