La mentira Disney



Disney es una mentira, eso lo sabe cualquiera que puede diferenciar fantasía de realidad. El problema es que muchos no entienden cuánto le deben a esos dibujos animados que lo único que han hecho es tergiversar la realidad, y de paso, sembrar mitos que terminan por afectar toda la vida.

El amor alimentado de mitos termina por convertirse en una pesadilla de la cual algunas personas aún no despiertan.

En las películas de Disney el príncipe siempre viene a rescatar a la princesa, la que en todo momento está enfrentada a peligros superiores a sus fuerzas. La pobre mujer no tiene iniciativa y depende completamente de lo que pueda hacer su macho protector. Su inteligencia es mínima, las únicas mujeres inteligentes que aparecen en estos dibujos o son feas o brujas, transmitiendo de paso que una mujer linda tiene que ser boba o de otro modo los varones no se acercarán a ella.

Muchas mujeres aún esperan a su príncipe azul que venga a besarlas para despertarlas del embrujo en el que han caído por la malvada. Otras confían que su galán venga montado en un caballo blanco y que la lleve a vivir a exóticos lugares donde nunca hay nada malo.

La realidad dista mucho de ser así. Por ese absurdo de estar en constante espera muchas mujeres dejan de actuar inteligentemente y anulan su capacidad de relacionarse. Llegan a creer que acercarse a alguien que les interese es ir contra la ilusión del príncipe que llega a rescatarlas.

El amor es algo hermoso pero es suficientemente serio como para que se entienda que no se puede dejar al azar algo tan importante como elegir a quién será el compañero de la vida.

Por otro lado, se convierte en una acción indigna el estar esperando a otra persona como si fuera el salvador de la existencia y no actuar con osadía para poner fin a una situación insostenible. No hay que regalarse, pero tampoco debe una mujer inteligente relegarse a un rincón esperando al galán que venga en el caballo blanco.


Del libro inédito Lazos de amor
Copyright: Miguel Ángel Núñez
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