“Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos”
(Juan 15:13)
Maximiliano María Kolbe (1894- 1941)
Era una mañana sombría en Auschwitz, el campo de exterminio nazi en Polonia. Los hombres famélicos por falta de alimentos estaban frente a un soldado alemán que les gritaba. Entre ellos estaba Maximiliano Kolbe, sacerdote católico que se había doctorado en filosofía y teología en Roma y había servido como misionero en Japón. Era el preso número 16.670, en ese lugar nadie tenía nombre, sólo eran estadísticas que había que llenar.
En el campo de concentración se escapó un preso. Los nazis habían establecido que si un detenido huía diez hombres morirían en represalia. El nazi comenzó a pasear delante de los hombres, todos ellos mantenían sus cabezas inclinadas. Sabían que si él los miraba eran el elegido. De pronto se detuvo frente al sargento del ejército polaco Franciszek Gajowniczek de 40 años. En silencio el preso comenzó a llorar y dijo:
—Dios mío, tengo esposa e hijos, ¿quién los va a cuidar?
En ese momento se adelantó Maximiliano y se ofreció para reemplazarlo diciendo:
—Yo me ofrezco para sustituirlo, soy sacerdote y no estoy casado.
El oficial lo miró con sorna, pero aceptó. Fue llevado junto a otros nueve prisioneros a un lugar donde se los dejaba para que muriesen de hambre. Tras padecer tres semanas sin alimento sobrevivió a todos los prisioneros que habían sido condenados. El 14 de agosto de 1941 le pusieron una inyección de fenol y finalmente murió. En ese momento tenía 47 años de edad.
¿Qué lleva a personas inteligentes a hacer esas atrocidades, tal vez nunca lo sepamos? Lo único que sabemos es que hay personas que movidas por el amor a Dios en primer lugar, y a sus semejantes, están dispuestas a hacer sacrificios como dar su vida por otros.
¿Estarías dispuesto a dar tu vida por alguien que no es tu amigo? Eso es precisamente lo que hizo Jesús por la humanidad.
Del libro inédito Héroes y heroínas de verdad
Copyright: Miguel Ángel Núñez
0 comentarios:
Publicar un comentario
Tus comentarios enriquecen este blog, y a las personas que lo leen. Te agradezco por tus aportes. Sin embargo, ten en cuenta que para que se publique lo que comentas debes indicar tu nombre (no se publicará ningún mensaje anónimo), y no debe aparecer ningún enlace a alguna página, número de teléfono, o dirección. Además, no se publicará ningún comentario con tinte ofensivo, homofóbico, discriminatorio, insultante o irrespetuoso. Todo lo demás, es bienvenido.