“El hombre se unió a su mujer Eva, y ella concibió y dio a luz a Caín. Y dijo: ¡Con la ayuda del Señor, he tenido un hijo varón!” (Génesis 4:1)
La Biblia es sexista, ¡qué duda cabe! Afirmar lo contrario es querer tapar el sol con un dedo o negar lo evidente. Lamentablemente, muchos lectores de las Escrituras actúan como si los autores de la misma fueran inmunes a las influencias externas y culturales que tuvieron, pero no es así, escribieron desde un contexto y para una sociedad que no era la nuestra, sino la de su tiempo. Ellos no escribieron por dictado sino que redactaron a partir de su propia visión de mundo.
Este concepto tan importante, no solo es obviado por muchos lectores de la Biblia, sino que además, intentan justificar lo injustificable. Si muchos personajes o escritores bíblicos vivieran en el mundo actual, estarían desubicados en la sociedad de hoy, y probablemente, tendrían problemas para entender conceptos como equidad o justicia de género.
El texto de esta mañana señala un hecho hermoso, pero contado desde la perspectiva de un escritor con pensamiento patriarcal. Celebra el nacimiento de un niño, el primero que nació en este mundo por parto natural, pero a la vez, hace loas de que sea un varón. Es evidente, que Moisés era hijo de su tiempo.
La mujer no era celebrada al nacer, al contrario, en muchos hogares se hacían endechas similares a las de un funeral, porque tener una primogénita mujer o simplemente, tener hijas, era una especie de maldición, no así el tener un hijo varón.
La misma actitud sigue imperando en muchas mentes masculinas, que creen que su realización personal pasa por tener un hijo y no una hija, y aunque la mayoría termina amando profundamente a sus hijas, al nacer ellas, no sienten lo mismo que si fuera un hombre, una especie de prolongación de su masculinidad.
En el proceso de lograr mayor equidad y la búsqueda de igualdad de oportunidades, tanto varones como mujeres deben comprometerse, porque tal como dice el antropólogo y experto en masculinidades Xabier Odriozola “si las mujeres no entienden que en este proceso deben participar varones y mujeres juntos, no se producirá un cambio real”.
Del libro inédito Ser mujer no es pecado
Copyright: Miguel Ángel Núñez
Bendiciones Pr. Nuñez y gracias por compartir tan interesante contenido y que es tanto provecho para quienes trabajamos estos el temas. Sería muy interesante para mí obtener el libro completo. Vivo en Honduras.
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