Los fundamentos



“Cuando los fundamentos son destruidos, ¿qué le queda al justo? El Señor está en su santo templo, en los cielos tiene el Señor su trono, y atentamente observa al ser humano; con sus propios ojos lo examina”. Salmo 11:3-4

En la ciudad de Panamá hay un edificio que lleva por nombre “Revolution Tower” (Torre revolución), pero la gente lo conoce simplemente como “El tornillo”, porque es la forma que tiene. Está construido de manera asimétrica y con una cúspide retorcida. Se puede ver desde distintos puntos de la ciudad, es lejos, el más excéntrico de los edificios de esta gran urbe comercial.

Es un edificio de 52 pisos y 4 sótanos. Supuso todo un reto de ingeniería y arquitectura. Tiene 242 metros de altura, y con un espacio total de construcción de 57,000.00 metros cuadrados. Su construcción tomó tres años, por la dificultad de su diseño y por las características propias del mismo.

Es un edificio hermoso, sin embargo, antes de ser construido tuvo que pasar una barrera por la cual los ingenieros y constructores tardaron horas en análisis, cálculos y mediciones. Determinar el tipo de fundamentos que se le pondría a un edificio de esas características para que pudiera mantenerse en pie. No se construye un edificio sin tener claro el fundamento, menos uno con las características de la F. F. Tower, como se la conoce ahora.

El versículo señala que cuando el justo se queda sin fundamentos, porque éstos son destruidos, queda entonces mirar hacia el cielo, a Dios, quien nunca cambia y permanece como el elemento estable que le da sentido a la existencia del cristiano.

Del mismo modo, los fundamentos y principios sobre los que se construye la vida, se sustentan en bases mucho más fuertes que la propia existencia humana. Los principios no son relativos, no cambian al arbitrio de las circunstancias. Para poder conocerlos con exactitud es preciso estar conectado con la Palabra de Dios que ofrece una vislumbre suficientemente amplia para entender sobre qué construir la vida.

Del libro inédito ¡Atrévete a creer!
Copyright: Miguel Ángel Núñez
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