“Si tomaras en cuenta todos nuestros pecados, nadie podría presentarse ante ti” (Salmo 130:3)
Una maldición se cierne sobre una gran parte del cristianismo contemporáneo. Muchas iglesias cristianas han transmitido una idea errónea del pecado, de la santificación y de la salvación. Eso ha implicado que millones de personas viven sumidas en la angustia, la desesperación, la falta de perdón y tranquilidad mental, y por ende, son grupos caracterizados por su actitud fría, condenatoria, excluyente y juzgadora.
Esta actitud no es nueva. Ha estado presente desde el ascetismo monacal medieval, pasando por diversas manifestaciones extremas, que ha llevado incluso al suicidio a personas y grupos sectarios que no pudieron soportar dicha carga de presión.
La Biblia no nos invita a vivir una santidad basada en nuestro esfuerzo personal. No hay nada en nosotros que permita superar la tendencia al mal que habita en nosotros.
Muchos cristianos asienten a esta idea, pero agregan un gran PERO, es que en Cristo si es posible. Nuevamente, un auto engaño para mantener la misma idea, de que seremos aceptos ante Dios sólo cuando seamos considerados impolutos y sin pecado, cosa que la Biblia no enseña.
El problema no son nuestros “pecados”, sino la naturaleza pecaminosa, nuestra misma condición que no cambia cuando nos convertimos, sino que se mantiene intacta hasta cuando Cristo viene y cambia nuestra naturaleza pecaminosa, por una donde no hay ninguna mancha ni trasa de mal. Acción que se produce exclusivamente en el tiempo del fin.
Cuando aceptamos a Jesús nuestra condición pecaminosa es considerada, nominalmente, muerta en Cristo. Somos aceptados en virtud de la vida, muerte y resurrección de Jesucristo, quien vivió lo que nosotros deberíamos haber vivido, no para decirnos “es lo que tienen que hacer”, sino para vivir sin pecado, para ser una ofrenda suficiente por la raza humana. Es un Jesús perfecto el que muerte por una humanidad pecaminosa, pero cuando los humanos lo aceptan, Dios nos llama justos, santos, buenos y perfectos, porque nos atribuye su acto.
Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez.
Del libro inédito: SALMOS DE VIDA
#MiguelÁngelNúñez #meditaciónmatinal
#devocióndiaria
0 comentarios:
Publicar un comentario
Tus comentarios enriquecen este blog, y a las personas que lo leen. Te agradezco por tus aportes. Sin embargo, ten en cuenta que para que se publique lo que comentas debes indicar tu nombre (no se publicará ningún mensaje anónimo), y no debe aparecer ningún enlace a alguna página, número de teléfono, o dirección. Además, no se publicará ningún comentario con tinte ofensivo, homofóbico, discriminatorio, insultante o irrespetuoso. Todo lo demás, es bienvenido.