Discípula a los pies del Maestro



María “sentada a los pies del Señor, escuchaba lo que él decía” (Lucas 10:39).

Seguramente María era una mujer fuera de época por lo cual era resistida, incluso por su familia, porque a juzgar por la actitud de su hermana Marta, ella estaba en el lugar y la postura inadecuada cuando se sentó a los pies de Jesús para aprender.

En el tiempo de Marta y María a las mujeres les estaba vedado el aprender, de hecho, el analfabetismo era casi de un 90 por ciento en los varones, pero casi el 100% en las mujeres. Era mal visto que una mujer aprendiera. Esa frase “tirar perlas a los cerdos” era aplicada a la idea de enseñarle a una mujer. Lo único que se suponía que una mujer debía aprender era a hacer las tareas del hogar, cuidar los animales y la huerta, saber buscar agua, curar heridas y enfermedades, y atender a sus hijos. Lo demás, era patrimonio masculino.

Eso hizo que su propia hermana se molestara por lo que estaba viendo, a su hermana en posición de aprendizaje, a los pies del Maestro, tal como hacía un discípulo cuando estaba aprendiendo. La reprendió, pero Jesús la defendió, señal de que Cristo entendía que antes que ser mujer María era persona, una criatura de Dios, con los mismos derechos que cualquier ser humano. Por eso al alabarla dijo: “María ha escogido la mejor parte, y no le será quitada” (Lucas 10:42). Un texto interesante que muestra que aún cuando el contexto sea opresivo y reprimido, como el que le tocaba a María, aún así ella había elegido. Su elección implicó no ser del grupo de las mujeres que creían lo que les habían vendido. Se rebeló contra el estereotipo con el cuál era marginada y actuó de otra forma. Una tremenda lección para cualquier persona discriminada de la actualidad.

María aprendió bien la lección, fue la primera persona que captó plenamente que Jesús iba a ofrecer su vida, por eso le hizo un homenaje en vida al verter un frasco de perfume en sus pies (Juan 11:2), mientras los varones huían y se escondían ella estuvo valientemente a los pies de la cruz (Juan 19:25), fue la primera persona en ver a Jesús resucitado (Juan 20:16) y también en la primera enviada a anunciarlo. Todo comenzó con una elección, escoger la mejor parte, estar a los pies del Maestro.

Del libro inédito Cada vida un universo
Copyright: Miguel Ángel Núñez
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