Honestamente equivocado

“La experiencia me ha enseñado que los que siembran maldad cosechan desventura. El soplo de Dios los destruye, el aliento de su enojo los consume” (Job 4:8-9)

Elifaz es una persona honesta, pero está equivocado. Viene a darle consuelo a Job, su amigo, pero termina poniendo en sus hombros una carga superior al dolor que está sintiendo.

Lo que es lamentable es que la doctrina de Elifaz es repetida una y otra vez por quienes no entienden el carácter de Dios, y se atreven a hablar en su nombre.

Elifaz expone la doctrina de la retribución que se resumía en dos principios fundamentales: Dios recompensa en la tierra las acciones buenas y malas, y hay una proporción exacta entre lo que cada uno hace y el premio o el castigo que recibe. De ahí la conclusión: si a Job le ha tocado sufrir tanto, en algo ha ofendido a Dios. Job admite que en algún momento compartió dicha forma de pensar (Job 29:18-20; 30:26), pero la experiencia terrible por la que atravesó lo hizo cambiar de parecer.

Lo erróneo de este argumento es que convierte a Dios en un tirano y al ser humano en una víctima de los caprichos divinos. El amor de Dios y el cuidado providencial por sus hijos queda reducido a un acto de venganza permanente, si haces bien, te bendigo y no te irá mal, si haces mal, toda mi furia se desencadena sobre ti. Es este tipo de pensamiento el que hace que tanta gente no quiera saber nada de Dios. Por otro lado, no explica por qué tanta gente que obra mal no recibe la supuesta retribución de Dios, lo que el pensamiento se reduce al absurdo.

Elifaz está equivocado. Dios no castiga ni persigue. Tal como lo muestra el libro de Job, no todo depende de Dios ni de su voluntad, creerlo de manera absoluta lleva a malos entendidos respecto a la divinidad y produce en muchos una sensación de precariedad frente a Dios.

Aunque no podamos explicar algunas situaciones, no debemos perder perspectiva .

Lo único cierto es que Dios nos ama y ha prometido estar con nosotros permanentemente. Esa es una verdad indudable, el resto, es preciso callar.

Del libro inédito Cada vida un universo
Copyright: Miguel Ángel Núñez
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1 comentario:

  1. Yo entiendo eso y se que lo malo no viene de Dios. Pero muchas veces lo malo que pasamos es consecuencia de nuestro mal proceder o decisión, que no es el caso de Jon eso está claro. Pero acaso no es válido lo que pienso pastor? Porfa necesito aclaración entonces.

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