Romper la tradición



“Él pidió una tablilla, en la que escribió: ‘Su nombre es Juan’. Y todos quedaron asombrados” (Lucas 1:63)

Hubo un tiempo en la historia de Israel cuando se hacía un esfuerzo sostenido para que ningún niño o niña tuviera el mismo nombre de otra persona. De hecho, hasta por lo menos unos dos siglos antes de Cristo, esta tradición se mantuvo. Sin embargo, en tiempos de Cristo, los israelitas habían sido contagiados por la cultura helénica, y solían ponerles como nombre a sus hijos el nombre del padre o la madre o un familiar.

Se había dejado esa antigua tradición de poner nombres a los niños a los 12 años, después de haberlos estudiado cuidadosamente, para entender qué características los hacían únicos.

Ese es el contexto de lo que sucede en esta historia en particular. Zacarías recibe de parte de un ángel, la orden de que su hijo se llamaría Juan, expresión que en hebreo significa “Dios se ha apiadado” o “Dios es propicio”. La gente no lograba entender la razón de ese nombre, siendo que en la familia de Zacarías nadie se llamaba así.

Pero Dios, rompe tradiciones e inaugura otras. El nombre del hijo de Zacarías sería conmemorativo de la misión que él tendría. Al anunciar la venida de Jesús, Juan estaba señalando que Dios se había apiadado del pueblo.

Dios se apiadó de la humanidad. Por esa razón envió a Juan para anunciar la venida del Mesías. En una época particularmente apóstata y perversa, el mensaje de Juan no era popular, menos para la clase sacerdotal que había convertido la religión en un negocio muy lucrativo.

Zacarías probablemente no entendió el mensaje que recibió. De hecho, desaparece de la historia, nunca más es mencionado en la Biblia. Seguramente, más de alguna vez reflexionó sobre la circunstancia por la cual recibió la orden de ponerle a su hijo “Dios se ha apiadado”. Esto nos enseña que de pronto podemos recibir un mensaje para transmitir que ni siquiera entendemos claramente.

Juan cumplió a cabalidad su cometido. Enseñó de todas las formas posibles sobre la piedad de Dios y anunció a Jesucristo el Mesías.

Del libro inédito Cada vida un universo
Copyright: Miguel Ángel Núñez
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