Por mucho que lo intentemos es casi imposible que podamos imaginarnos todo el dolor y sufrimiento asociado a la esclavitud. Seres humanos sometidos a las más crueles humillaciones y desvaríos. La esclavitud ha sido y es una de las peores muestras de la crueldad humana.
Agar, era una joven de origen egipcio, que fue arrancada, probablemente muy joven de su hogar de origen para convertirse en la esclava de Sara. Por mucho que lo adornemos con expresiones de buena crianza o con idealismos absurdos, era una esclava privada de su libertad y en manos de alguien que la trataba no como humano sino como alguien que no merecía mejor trato que un animal. No tenía libertad, y eso, no vale ninguna explicación justificada.
Un día supo, sin que se le consultara, que debería convertirse en la amante de su amo, porque tenía la misión de convertirse en madre de un hijo que no sería considerado suyo, sino de su ama. No sabemos si tuvo lágrimas, pero seguro que no estuvo feliz.
Hay en esto una contradicción profunda entre la fe que Abraham y Sara tenían y su conducta abusiva. Seguramente en su hogar no se hablaba de los dioses egipcios ni cananeos, sino de Jehová, pero aún así, la imagen que presentaban era deplorablemente pobre. Más de algún conflicto existencial debe haber tenido Agar al escuchar las palabras de sus amos y luego ver sus acciones. Agar siempre fue la parte inocente en esta historia.
Cuando fue ofrecida como la amante de su amo no tuvo nada que opinar, simplemente se esperaba que ella obedeciera sin más. Sin embargo, Sara y Abraham demostraron la poca fe que tenían en Dios y cómo estaban dispuestos a ocupar cualquier medio para lograr lo que querían, aún a costa del sacrificio de una persona inocente como Agar.
Agar, posteriormente fue expulsada del único hogar que conocía y dejada en el desierto para morir, otra mala decisión de Abraham. Pero Dios, en su misericordia, como siempre hace con los desvalidos y desamparados no la abandonó y la salvó de una muerte segura. ¡Cómo Dios resolvía los entuertos de Abraham!
Del libro inédito Cada vida un universo
Copyright: Miguel Ángel Núñez
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