Es probable que todos los que están casados recuerden el día de su boda como algo excepcional. En medio del fragor de la boda se olvidan de todos los preparativos y de las luchas, de las discusiones, de las elecciones y de tantos detalles que configuran una boda. No hay como evadir el asunto, por más sencilla que sea una boda, siempre es difícil. Novias y novios son complicados, muchos se convierten en histéricos y sacan de quicio hasta el más tranquilo. Sin embargo, por muy difícil que la boda sea, siempre es más fácil una boda que un matrimonio. Cuando terminan de sonar las campanas de la iglesia o de recibir el arroz que se tira en el registro civil, recién en ese momento, comienza lo difícil, el matrimonio.
Una boda es un momento puntual, con sus aciertos y sus momentos cómicos o difíciles es una ceremonia. El matrimonio es algo que dura día a día y se mantiene o se deteriora en la medida en que las personas se comprometen.
No más comenzar la vida en común surgen desilusiones que son lógicas, los varones adaptándose a tener que cumplir horarios o dar cuenta de los lugares dónde van para dejar tranquila a la esposa, tener que colaborar en casa, atender los mil detalles que conlleva tener un hogar. Las mujeres, adaptándose a cientos de situaciones que demandan concentración y aprendizaje. Ciertamente el matrimonio, con todos sus momentos agradables, es también fuente de tensión y en muchos casos de conflicto.
No es fácil estar casado. Las parejas deben aprender a vivir juntos, lo que no es sencillo, especialmente, cuando se ha construido una vida independiente emocional y económicamente. Por lo tanto, se necesita de paciencia, cortesía, empatía y una gran cuota de sabiduría para vivir el matrimonio. No está demás preguntar, prevenir estudiando, leer, pedir consejo cuando se llegue a una situación de encrucijada o hablar para evitar que algo que podría resolverse de manera sencilla se complique.
Si alguien pensaba que la boda era difícil, entonces, espere el matrimonio.
Del libro inédito Lazos de amor
Copyright: Miguel Ángel Núñez
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