“Habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: La mujer cuando conciba y dé luz a un varón, será inmunda 7 días…. Y si diera luz a una niña, será inmunda dos semanas…” (Levítico 12: 1-2 y 5)
Hay textos de la Biblia que son desconcertantes, este es uno de esos. Dios, diciéndole a Moisés, supuestamente, que si nace un varón la mujer es inmunda una semana y si nace una hija, su inmundicia le dura dos semanas. ¿Qué mensaje recibirán las mujeres con esta discriminación por nacimiento?
Si yo hubiera nacido en ese tiempo, seguramente como varón me sentiría privilegiado, pero como mujer, despreciada desde el nacimiento.
En la Biblia hay que entender algunos conceptos de base, para comprender la razón de algunas de estas situaciones tan absurdas y complejas. Una es que estas normas fueron dadas a un pueblo que venía de la esclavitud, que había perdido algunas nociones básicas sobre el buen vivir, que estaban acostumbrados a la crueldad, que vivían sometidos a la ignorancia, y que además, en la aventura del Éxodo vivían en el desierto donde había que extremar las medidas de higiene para evitar epidemias y enfermedades de contagio.
No existían las medidas que tenemos hoy para evitar que el embarazo fuera una experiencia libre de situaciones que pudieran afectar la salud de la madre. Aún hoy, y teniendo todas las posibilidades, muchas mujeres mueren en el parto o tienen secuelas graves, ¿se imaginan en ese tiempo? Los partos eran atendidos por comadronas, mujeres con experiencia en este tipo de atenciones, pero con más habilidades intuitivas que científicas.
La ignorancia de ese tiempo suponía que una mujer que daba a luz, de alguna manera podría enfermar a otros. No tenían idea de bacterias, higiene post parto, y otras cosas que hoy se consideran en el ABC cultural. Lo que está demás es ese sesgo de Moisés en atribuir más mal a la mujer en el nacimiento que al varón, lo que era propio de una época que aún no entendía que las mujeres eran seres humanos dignas de justicia y derecho, algo que llegó mucho más tarde en la humanidad. Es un riesgo poner las ideas de Moisés como un parámetro absoluto para la actualidad, considerando sus propios sesgos sociales.
Del libro inédito Ser mujer no es pecado
Copyright: Miguel Ángel Núñez
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