“Jacob se enteró de que Siquén había violado a su hija Dina pero, como sus hijos estaban en el campo cuidando el ganado, no dijo nada hasta que ellos regresaron” (Génesis 34:5)
En todos los siglos han existido casos de abuso sexual y quienes han visto más afectadas sus vidas por este flajelo a la dignidad y la integridad física de alguien han sido tradicionalmente mujeres, niñas y niños. Lo más complejo de todo esto es que no acabamos de aprender los seres humanos sobre la importancia de respetar a quienes viven este tipo de situaciones.
En el contexto de un caso mediático que ha ocurrido en España donde cinco hombres son acusados de haber violado a una joven de 18 años en los juegos de San Fermín, en Pamplona, en el año 2016 se han dicho miles de palabras que, en general, lo único que hace es re-victimizar a la víctima, tal como ha sido la costumbre ancestral de los seres humanos, ponerse de parte de los victimarios abandonando o no teniendo empatía con quienes sufren.
Uno de los jueces, al ver la entereza como la joven hablaba y su forma de expresarse frente a los hechos llegó a decir, con total falta de criterio:
—Es decir, está claro que usted no sufrió con los hechos.
Lo que no sólo es atentario, sino que además, crea suspicacia de la forma en que se administra justicia, en especial, a las mujeres.
El abogado y profesor universitario Raúl Eduardo Sánchez señala que “la doble victimización, la revictimización o la victimización secundaria es aquella que se produce cuando de manera inicial se le han afectado unos derechos a una persona y como consecuencia de la exposición o experiencia derivada del delito inicial, la persona vuelve a sufrir la afectación de sus derechos” (Sánchez, 2015). En otras palabras, la exposición, el no creerle, la forma en que es tratado el delito o la falta, hace que la víctima vuelva a ser victimizada. Mientras no cambiemos nuestra forma de actuar, seguiremos viviendo en un mundo sin justicia, especialmente, para las víctimas que más lo necesitan.
Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez
Del libro inédito: Ser mujer no es pecado
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