Jonatan: El amigo incondicional



“Y Jonathán dijo á David: Vete en paz, que ambos hemos jurado por el nombre de Jehová, diciendo: Jehová sea entre mí y ti, entre mi simiente y la simiente tuya, para siempre” 1 Samuel 20:42

“Amigos cuando hay higos” dicen en alusión a aquellos que se quedan sólo si hay un beneficio. Los verdaderos amigos no son así.

Jonatan era el futuro rey de Israel. Tenía derecho a la corona. Sin embargo, entendió que la voluntad de Dios era otra, y a diferencia de su padre no se amargó ni hizo cosa alguna para cambiar la opinión del Señor. Se abocó a la tarea de hacer que David llegase a ser rey. Defendió a David a riesgo de su vida. El amor al poder convirtió a Saúl en un enajenado. Jonatán siguió un camino diferente. Fue leal a su padre, pero no al grado de traicionar a su mejor amigo, la persona que Saúl consideraba su más grande enemigo.
En el mundo de hoy es cada vez más difícil distinguir la verdadera amistad. No porque existan elementos nuevos o esté teñida de misterios, sino porque cada vez menos personas están dispuestas a ser amigos sin condiciones. La consigna parece ser “qué tienes para darme a ver si me conviene”.

Jesús tuvo una familia de amigos incondicionales: Lázaro, María y Marta. Mediante esa amistad el maestro ilustró el sentido del verdadero encuentro humano. A menudo iba a la casa de dichos hermanos a descansar y a desconectarse de las actividades diarias que le tocaba realizar. Era su lugar de refugio. El hogar donde podía ser sin tapujos de manera natural.

Eso son los amigos verdaderos. Un refugio. A los amigos de verdad no se les pregunta si puedo visitarlos, simplemente, uno sabe que las puertas de su casa y de su vida están constantemente abiertas. El amigo que realmente ama es aquel que nunca usará dicha amistad como un medio para conseguir algún beneficio, todo lo contrario, simplemente será amigo por la alegría de sentir el contacto con una persona que es capaz de aceptarlo plenamente.

Las personas sin amigos son tristes. Llevan sobre si la carga de algo que les falta. Los verdaderos amigos producen alegría. Son el resguardo de nuestros anhelos, los oídos amorosos de nuestras cuitas y problemas, los brazos que nos sostienen en los tiempos malos. Dichosos los que tienen amigos.

La amistad se cultiva, ¿estás haciendo tu mejor esfuerzo por mantener a tus amigos? ¿Tienes amigos por conveniencia o eres una persona incondicional?

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2013
Del libro inédito: Cada vida un universo
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