“Respetándose mutuamente” (Romanos 12:10)
La palabra respeto es utilizada por muchas personas, pero, con sentidos diferentes. Todo depende desde qué lugar de significado lo decimos.
Un esposo autoritario podría exigir respeto, sin ocuparse de darlo.
Una esposa derrochadora podría pedir respeto, sin entender el efecto que su vida tiene.
Un hijo rebelde, con prácticas autodestructivas, podría pedir respeto a su estilo de vida.
Un esposo, que se cree dueño de la esposa, podría solicitar las más irracionales conductas de su esposa, alegando respeto.
Si se considera una jerarquía vertical donde el esposo es considerado “cabeza”, se esperaría que la esposa lo respetase en ese rol auto proclamado porque no tiene base bíblica.
Ninguna de las ideas anteriores tiene asidero en la expresión original. Respeto viene del latín “respere” y significa “mirar con atención”, aludía a la actitud de alguien que antes de dar una opinión de alguna persona o de siquiera actuar, se aseguraba de haber mirado bien, de tener una idea adecuada.
Lamentablemente, desde la cosmovisión militar el concepto adquirió otro sentido, que es el que se mantiene más o menos vigente en la mente de mucha gente. Tal como los latinos idearon la palabra, respeto es y debe ser recíproco, de otro modo no tiene sentido. Es un puente de ida y de vuelta.
Un esposo que exige respeto de manera unilateral a su esposa, en realidad, le falta el respeto a ella al no considerarla de manera equitativa. Tal como lo expresa en una entrevista la cantante cristiana Amy Grant: “Toda buena relación, especialmente en el matrimonio, se basa en el respeto. Si no hay respeto, nada de lo que parece ser bueno va a durar mucho tiempo”.
En la idea inicial de la expresión, se supone que quien da respeto genera respeto, en otras palabras, quien lo exige es porque no lo tiene o lo ha perdido. El respeto es la base de la relación de pareja. Cuando se pierde el respeto, se pierde todo, o tal vez, decirlo de otra manera cuando se “pierde” el respeto, es porque tal vez nunca lo hubo.
Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: LAZOS DE AMOR
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