“Oh Señor, quiero alabarte con todo el corazón y contar tus muchas maravillas” (Salmo 9:1)
Muchos se especializan en normar y no podrían faltar los centinelas de la alabanza. ¿Cuál es el parámetro para decir qué alabanza es la adecuada? Seguramente alguien con espíritu Talibán dirá: Lo que le agrade a Dios. ¿Alguien sabe qué tipo de música le gusta a Dios? ¿Alguien tiene una partitura traida del cielo sobre qué tipo de música se debe utilizar? ¿Alguien, con mediana inteligencia habrá encontrado un criterio de alabanza expresado por Jesús?
Estaba en Chiapas, México, en una ciudad justo en la frontera con Guatemala. Debía dar un seminario sobre profecía durante todo el día. Se congregaron unas 2000 personas.
En la mañana comenzó la alabanza una dama, formal, y con un canto muy conservador. Pensé que esa sería la tónica de la alabanza. Sin embargo, a media mañana, participó con un mini concierto de alabanza, un grupo de jóvenes, con música contemporánea. Me callé, no dije nada, porque no estaba entendiendo mucho. Al mediodía, antes del sermón, un concierto de media hora con un mariachi cristiano, con todas las de la ley, y con todos los instrumentos que se usan tradicionalmente para tocar rancheras. Miraba a la gente, y parecía extasiada, muchos de ellos, emocionados hasta las lágrimas. Al terminar el sermón, uno de los jóvenes del mariachi, interpretó varias canciones de su autoría, eran baladas, muy hermosas, pero de un estilo diferente a todo lo que había escuchado en el día. A esa hora estaba totalmente desconcertado. A media tarde, un concierto de media hora, con un cuarteto de personas adultas. Al atardecer, un grupo de intérpretes, tocando música instrumental, de viejos himnos tradicionales. Terminó la actividad una cantante que entonaba himnos contemporáneos. A esas alturas, me acerqué al pastor y le pregunté por qué razón había incluido tantos tipos diferente de alabanza. Me miró y me dijo:
—Mire a la gente. Hay jóvenes, adultos, niños, personas de la mediana edad. ¿Cómo podría ponerles un sólo tipo de alabanza? Mi deber es considerarlos a todos.
Hasta ahora me sigue pareciendo la respuesta más inteligente que he escuchado y la más empática.
Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: SALMOS DE VIDA
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