En sumisión y silencio


“Las mujeres escuchen en silencio las instrucciones con entera sumisión” (1 Timoteo 2:11)


Las mujeres escuchen en silencio las instrucciones con entera sumisión. Pues no permito a la mujer enseñar ni tomar autoridad sobre el marido; mas estése callada. Ya que Adán fue formado el primero, y después Eva. Y además Adán no fue engañado, mas la mujer, engañada, fue causa de la prevaricación de la caída en el pecado. Verdad es que se salvara por medio de los hijos, si persevera en la fe y el la caridad en santa y arreglada vida” (1 Timoteo 2: 11-15).

Es probable que ninguna otra sección bíblica haya traído más desdicha a la mujer que estos versículos, que mal traducidos y mal enseñados, han servido para mantenerlas como espectadoras y ha sido la excusa para humillarlas, maltratarlas e impedirles desarrollarse.

Tienen razón muchas feministas y detractoras de la Biblia, que versículos como éstos simplemente, han servido para hacer de la vida de muchas mujeres un infierno. Frustradas y desanimadas, muchas simplemente han abandonado el evangelio por sentirse mal tratadas y desconsideradas.

No creo que Pablo dimensionó lo que iba a ocurrir con sus palabras, porque de otro modo, las habría escogido mejor.

El problema de entender estos versículos es que si no se comprende a cabalidad el ambiente que se respiraba en Éfeso cuando Pablo escribió estas palabras, simplemente, adquieren un sentido descontextualizado.

Un principio básico de interpretación bíblica es entender el contexto cultural e histórico en el que un autor escribe. Muchas personas, llevadas por un literalismo fanático consideran que las palabras de la Biblia son atemporales, así que tienen el mismo valor en todo momento. Eso es posible para algunas sentencias que señalan principios claves del carácter eterno de Dios o situaciones que escapan a un momento de la historia. Mañana ahondaremos en el tema. Ahora basta decir que un texto sin contexto es sólo un pretexto para justificar preconceptos.

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez
Del libro inédito: Ser mujer no es pecado
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