Un cetro de justicia


“Tu trono, oh Dios, permanece para siempre; el cetro de tu reino es un cetro de justicia” (Salmo 45:6)


El cetro era un símbolo de poder. Consistía en un pequeño bastón de madera adornado o de metal cubierto de piedras preciosas. No tenía ninguna otra función que servir de símbolo del poder que recibía un gobernante para ejercer el dominio en su cargo.

En hebreo se usa la palabra shébet que ha sido traducida como cetro, pero también como vara y tiene el sentido de dar orientación, sentido, o disciplina. Por lo tanto, en el mundo hebreo, el gobernante no estaba para castigar ni para abusar de su poder, sino para servir de guía y orientación a sus súbditos, algo de lo que capta Pablo cuando describe la función de los que gobiernan en Romanos 13:3.

Lo interesante es que en el Salmo, que fue escrito probablemente, para celebrar las bodas de un rey, el cetro de Dios sea la justicia. No es el poder ni las órdenes que da al pueblo. Dios es un Dios de justicia y eso es lo que le interesa destacar al salmista como un atributo fundamental de Dios.

Cuesta entender como existe gente que desde los púlpitos venden la idea de un Dios castigador, que busca la forma de “vengarse” de aquellas personas que no hacen lo que Él pide. La imagen que trasmiten de la divinidad es alguien caprichoso, que sólo acepta un tipo de adoración, que suele enojarse cuando alguien no hace lo que él quiere y que le envía todos los males existentes a quien se atreve a actuar de una manera distinta.

¿Qué justicia hay en amenazar a una persona para que de esa forma obedezca? ¿Qué tiene de justo el asesinato que supuestamente se efectúa a nombre de Dios?

Muchas de las ideas que se trasmiten de la divinidad, no sólo son blasfemas, sino que son ofensivas para la inteligencia de quien lee la Escritura y se encuentra con estos textos tan claros.

Los manipuladores son expertos en presentar a un Dios castigador. Como alguien que amenazó sutilmente a un grupo de jóvenes instándolos a bautizarse con el mensaje de que él conocía a una persona que rechazó el bautismo y tuvo un accidente y murió. Eso es ofensivo.


Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inédito: 
SALMOS DE VIDA 

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