Liberal

“Me ha enviado para proclamar libertad a los presos y dar vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos” (Lucas 4:18)

Al comienzo de mi ministerio pastoral un individuo cuya conciencia la había dejado a un lado al servicio de intereses personales me dijo un día a boca de jarro:

—Tú vas a tener muchos problemas como pastor.

—¿Por qué? —le dije extrañado de que fuera tan tajante.

—Simplemente porque no te alineas. No eres “políticamente correcto”.

Esta mañana, antes que saliera el sol leí una “crítica” a uno de mis artículos publicado originalmente en uno de mis Blogs, y luego reproducido en la Revista Adventista de España y también en uno de los medios periodísticos más influyentes de Chile: “El Jesús que no nos dejan conocer”.

Una mujer rumana, que no me conoce y a quien nunca he visto, y dudo que alguna vez haya leído alguno de mis libros o asistido a una conferencia mía, o visto uno de mis vídeos, me tilda de liberal. Lejos de enfadarme he pensado en el significado de esa expresión, que originalmente nació en la economía y no en la religión, y que muchos religiosos la utilizan de una manera tan ligera, que dudo que alguno de ellos realmente entienda su sentido real. De todos modos:

Si ser liberal implica enseñar sobre un Jesús que ama al pecador y no discrimina nunca por categorías de pecados, entonces soy un liberal.

Si ser liberal es enseñar que Dios no discrimina a nadie por género, raza, religión u opción sexual, entonces, soy un liberal.

Si ser liberal es creer en un Jesús que llama a la inclusión y no a la exclusión, definitivamente, soy un liberal. ¡Gracias a Dios!

“No eres más porque te alaben, ni menos porque te critiquen; lo que eres delante de Dios, eso eres y nada más” (Thomas De Kempis)

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez. 

Del libro inédito: REFLEXIONES AL AMANECER

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