Sujetarse, no amarrarse



“Sujetas a sus propios maridos” (Efesios 5:22)

Durante dos días hemos analizado el sentido de la expresión “sujetarse” de Efesios, ahora daremos un paso más para explicar un sentido que no se alcanza a percibir en la traducción española.

El modo en el que está escrito el verbo griego es subjuntivo, que es el modo de la posibilidad y del deseo, a diferencia del modo indicativo que es declarativo y afirma algo como cierto. Eso implica que en el texto Pablo no está declarando la sujeción como una cuestión de hecho. El subjuntivo siempre se utiliza para expresar una posibilidad, un deseo, no una cuestión de hecho. ¿Qué implica eso?

En el cuerpo de Cristo no se puede hablar de jerarquía, todos los miembros, en virtud de Jesucristo son iguales, por eso la unilateralidad de la relación no sirve y expresa un sentido impropio. Por esa razón, Pablo menciona la sumisión mutua en interdependencia, que supone una acción conjunta, nunca una entrega de la voluntad a otra persona.

El someterse mutuamente tiene como base el entender que “Cristo es el Señor de cada uno” (Keener, 2003:547). Lo novedoso del texto es que el apóstol apela a que todos se sometan, incluyendo el varón, padre de familia. Keener señala además “que la mayor parte de los antiguos escritores esperaba que las esposas obedecieran a sus esposos, y deseaban que ellas tuvieran un comportamiento tranquilo y manso, incluso algunos contratos matrimoniales establecían un requisito de obediencia absoluta” (Ibid.). Eso tenía especial sentido para los griegos, a los cuales le escribe Pablo, que no consideraban a las mujeres como sus iguales.

Aquí Pablo establece un concepto revolucionario. No sólo la esposa se somete, también lo hace el esposo, y ambos, bajo el “temor de Dios”, es decir, la sumisión mutua funciona sólo bajo el amparo de la voluntad divina.

Por esa razón, sostiene Pablo que además, los esposos deben amar a sus esposas, cosa que no les era pedido en los antiguos contratos matrimoniales, donde las exigencias eran sólo para la mujer y su sometimiento unilateral. Seguramente los que escucharon estas palabras de Pablo por primera vez no deben haberse sentido cómodos, igual que algunos varones hoy.

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2013
Del libro inédito: Lazos de amor
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