Luz al final del túnel


“El débil renace a la esperanza” (Job 5:16) 

Annelies Marie Frank (1929-1945)

El Diario de Ana Frank es un libro intimista, honesto, ingenuo, esperanzador, escrito desde la perspectiva de quien está en pleno crecimiento y que pasó escondida en un refugio secreto por casi dos años y medio.

El diario parece escrito por un adulto, cuesta creer que su protagonista tenga 15 años, sin embargo, en ocasiones el verse sumido en situaciones extremas, hace que muchos niños y jóvenes de pronto se ven obligados a madurar dada las circunstancias que les toca vivir. Es lo que ella intuye cuando escribe “tuve la suerte de ser arrojada bruscamente a la realidad”.

En el diario Ana vuelca sus esperanzas y su visión de mundo de un conflicto que no logra entender, tal como son las guerras, no entendibles por nadie. Por eso tal vez despierta tanta reacción. El libro ha sido llevado al cine, se han escrito cientos de páginas sobre el mismo y se han hecho musicales para contar la historia.

Ana Frank se ha convertido con el tiempo en un símbolo de la voz de quienes son perseguidos y maltratados por cuestiones de discriminación y política racista. La profundidad del libro contrastra con la edad de la autora, sin embargo, es explicable a la luz de los acontecimientos, donde a menudo las personas perseguidas logran pensar más allá de las circunstancias que les toca vivir y hacen análisis que sólo llegan con la experiencia y los años. El 4 de abril de 1944 escribió en su diario: “Quiero que algo de mí perdure después de la muerte”, y lo ha logrado, con creces.

Un informante anónimo finalmente señaló el lugar donde estaba ella con su familia y otras personas escondida, y fueron llevados a un campo de concentración. Sólo sobrevivió su padre Otto Frank, quien finalmente logró la publicación del diario. Una frase de Ana puede describir la razón del impacto de este libro: “No veo la miseria que hay, sino la belleza que aún queda”. Ella eligió tener esperanza, antes que amargura.

Una religión sana, otorga lo mismo, paz y no miseria. Otorga esperanza y no amargura. Provee una mirada positiva aún cuando lo que se vea sea sólo oscuridad. Es como la religión de la Biblia, muestra la luz al final del túnel.

¿Qué tipo de mirada tienes frente a la realidad? ¿Qué lección de vida te entrega esta niña? ¿Cómo puedes hacer de la religión algo positivo y no negativo?

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2013
Del libro inédito: Héroes de verdad
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