Participar de una farsa


“Sabía que le habían entregado a Jesús por envidia” (Mateo 27:17)

Es terrible cuando la conciencia ya no nos dice nada, cuando llega el momento en que nuestra concepción del bien y del mal está tan cauterizada que ya nada hace mella. Pilato representa al político profesional, aquel que aunque conciente de que actúa mal, sigue adelante por otros intereses. Pilato había llegado a la situación donde no importaba ni el bien ni el mal, lo único que estaba en su horizonte era mantener su cuota de poder a cómo de lugar.

Su propia esposa le envió un mensaje claro: “No te metas con ese justo, pues por causa de él, hoy he sufrido mucho en un sueño” (Mateo 27:19). Nada nos dice el texto sobre qué vio esta mujer en sueños, pero sucedió antes de que llevaran a Jesús ante el procurador romano. Así que definitivamente fue una advertencia de parte de Dios. Pero, aún sabiendo lo importante que eran los sueños para los romanos, Pilato siguió adelante con la farsa.

El texto bíblico es claro en decir que Pilato “sabía que le habían entregado a Jesús por envidia” (Mateo 27:17), es decir, a partir de esa convicción todo lo que hizo fue simplemente un acto político para congrasiarse con los judíos principales a quienes respetaba por el poder que tenía entre el pueblo, y porque no quería ningún acto que pudiera empañar su desempeño en esa zona.

Quienes tienen un poco de poder, procuran mantenerlo a toda costa, con el fin de perpetuarse en él. A veces lo único que reciben es reconocimiento, ni siquiera grandes ingresos económicos. Los procuradores romanos tenían una tarea que los vinculaba directamente con el emperador, y su función era mantener la paz en el lugar donde estaban. No llegaban a esos puestos por mérito sino por componendas políticas, muchas veces eran parientes de algún connotado individuo que hacía de intermediario para que le asignaran alguna tarea a un familiar en el imperio. No se sabe mucho de Pilato, pero es obvio que por mérito propio no estaba en aquel lugar.

El acto de lavarse las manos y declarar que Jesús era inocente, no es más que la acción de un hábil político que pretende salir librado de una situación en la que debería haber tomado partido. Por esa razón, nadie le pone a su hijo Pilato, porque ninguna persona quiere tener entre sus parientes a alguien que opte por intereses mezquinos, antes que por la verdad y la justicia.

¿Estás seguro que no actúas como Pilato, pensando en tu egoísmo antes que en la verdad y lo justo?

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2013
Del libro inédito: Cada vida un universo
Comparte en:    Facebook Twitter Google+

0 comentarios:

Publicar un comentario

Tus comentarios enriquecen este blog, y a las personas que lo leen. Te agradezco por tus aportes. Sin embargo, ten en cuenta que para que se publique lo que comentas debes indicar tu nombre (no se publicará ningún mensaje anónimo), y no debe aparecer ningún enlace a alguna página, número de teléfono, o dirección. Además, no se publicará ningún comentario con tinte ofensivo, homofóbico, discriminatorio, insultante o irrespetuoso. Todo lo demás, es bienvenido.