¿Para siempre?


“—Moisés permitió que un hombre le escribiera un certificado de divorcio y la despidiera —contestaron ellos. —Esa ley la escribió Moisés para ustedes por lo obstinados que son —aclaró Jesús—. Pero al principio de la creación Dios ‘los hizo hombre y mujer’” (Marcos 10:4-6).

En muchas ocasiones, la realidad choca con lo ideal. Cuando alguien se casa, en la mayoría de las ocasiones lo hace pensando que es un “para siempre”. Al ver el rostro de los novios y observar sus expresiones de felicidad, es posible pensar que están aspirando a vivir su relación de manera permanente. De hecho, sería absurdo pensar que las personas se casan para “probar” o “experimentar” a ver si resulta. Sin embargo, en muchas ocasiones el “para siempre” se ve entorpecido por situaciones insostenibles y en esa situación el divorcio aparece como una salida, que no soluciona el problema de fondo, pero al menos, permite vivir en paz.

No hay ningún texo bíblico donde explícitamente Cristo o los apóstoles dejen a alguien encandenado a las consecuencias del pecado. Cuesta entender que Jesús no vino a legislar sino a liberar.

¿Cómo se puede mantener un matrimonio cuando hay violencia y el violento no quiere reconocer su falta y continúa con su atropello de la dignidad y derecho de su cónyuge? ¿Cómo se le puede pedir a alguien que se quede en una relación que pone en peligro su estabilidad física, mental y espiritual? ¿Cómo actuar frente al abandono? ¿Qué hacer en casos donde la indiferencia, la apatía y la falta de compromiso se convierte en agresión velada frente a la pareja? ¿Qué hacer frente al abuso de los hijos y el cónyuge?

No son preguntas fáciles de responder, sin embargo, sugerirle a alguien que simplemente porque está casada o casado debe quedarse en una relación que pone en peligro su vida es, por decir lo menos, un consejo irresponsable o al menos, falto de empatía.

Es muy sencillo pedirle a alguien que se quede en una mala relación si nosotros nos vamos tranquilamente a nuestra casa con los nuestros, mientras otra persona se va a dormir con el enemigo, es por lo menos, falta de comprensión.

El divorcio no es una buena salida, pero al menos, es un camino de liberación cuando la situación se hace insostenible.

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2013
Del libro inédito: Lazos de amor
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1 comentario:

  1. si bien es muy cierto lo que dice, sin embargo la mayoria de las personas se divorcian por "incompatibilidad de caracter" o porque al enfrentar las crisis se frustran y tienen poca tolerancia a la frustracion. Lo que añade este versiculo es "Por la dureza de vuestro corazón os escribió este mandamiento", ellos no estaban dispuestos a perdonar a su conyuge, notamos esto por la pregunta de los fariseos : "¿es licito repudiar a su mujer por 'cualquier' causa?" (el enfasis es mio) Jesus, como ud. dice no quiere que seamos esclavos de una relacion que nos lleva a tener problemas espirituales, pero tampoco deseaba el nivel de licencia que hoy hay en el mundo donde pisotean una institucion creada desde la creacion.

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