Responsabilidades compartidas


“Que cada uno cargue con su propia responsabilidad” (Gálatas 6:5)

La salida más fácil a cualquier conflicto es culpar a los demás y no asumir ninguna responsabilidad en la situación, es lo que hacen muchas parejas, culpan al cónyuge o compañero(a), y se lavan las manos a lo Pilato. La realidad, dista mucho de ser así, a menudo el deterioro de una relación o el equilibrio de la misma depende de ambas personas. Lo que hay son responsabilidades compartidas. Si creemos que una relación se ha deteriorado, y no somos capaces de ver nuestra responsabilidad en el asunto, simplemente, tenemos miopía crónica al no ver la realidad en su justa medida.

Michele Weiner-Davis, señala al respecto que, muchos no logran ver que “la forma como los hábitos que los dos han desarrollado y los papeles que los dos han representado han contribuido a crear un matrimonio imposible” (Weiner-Davis, 2004:7). Todo matrimonio es un proceso que se construye de a dos, ya sea por omisión o por participación, ambos son responsables de su desarrollo, para bien o para mal.

Cuando sólo se culpa al cónyuge, entonces, es difícil establecer las responsabilidades particulares, y de esa forma, se agiganta el conflicto, especialmente, cuando la parte acusada sabe que no es cien por ciento responsable de todo.

Muchas personas asumen una actitud de víctima ante los conflictos matrimoniales, sin embargo, esa forma de encarar el asunto no sólo no es sana, sino que además entorpece cualquier posible solución.

Todo matrimonio puede ser salvado, sin embargo, es preciso primero que ambos asuman su responsabilidad. Que entiendan que han contribuido en parte a que la situación se torne en insostenible. Cuando eso ocurre, entonces están dadas las condiciones para poder pensar con más cordura y al asumir responsabilidades personales, estar en mejores condiciones para abocarse a las posibles soluciones.

Si una persona se cierra en que no tiene nada de responsabilidad, simplemente, el matrimonio no va a mejorar, porque tal como una yunta, para que el matrimonio funcione se necesitan dos.

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2013
Del libro inédito: Lazos de amor
Comparte en:    Facebook Twitter Google+

0 comentarios:

Publicar un comentario

Tus comentarios enriquecen este blog, y a las personas que lo leen. Te agradezco por tus aportes. Sin embargo, ten en cuenta que para que se publique lo que comentas debes indicar tu nombre (no se publicará ningún mensaje anónimo), y no debe aparecer ningún enlace a alguna página, número de teléfono, o dirección. Además, no se publicará ningún comentario con tinte ofensivo, homofóbico, discriminatorio, insultante o irrespetuoso. Todo lo demás, es bienvenido.