Soluciones que no son soluciones


“—Moisés permitió que un hombre le escribiera un certificado de divorcio y la despidiera —contestaron ellos. —Esa ley la escribió Moisés para ustedes por lo obstinados que son —aclaró Jesús—” (Marcos 10:4-5)
Soy de los que creen que el divorcio, en algunos casos, no sólo es necesario, sino que es también una salida lógica ante una situación insostenible. Ante el abandono o la violencia, no hay mucho más que hacer.

Sin embargo, nuestro mundo está llegando a una situación caótica, porque muchas personas simplemente, ante el primer problema, piensan en el divorcio como la solución al problema, sin entender que esa es una medida extrema cuando está en riesgo la vida o cuando es insostenible una relación cuando una parte insiste en no querer vivir con la otra persona, en esos casos, el divorcio surge como una opción válida en un contexto no viable.

El problema se suscita en todas aquellas relaciones donde las personas no están dispuestas a hacer todo de su parte para encontrar una solución. El divorcio es una situación demoledora, que afecta no sólo la vida matrimonial en sí, sino la vida emocional, espiritual y económica, además de dejar graves secuelas en las vidas de los hijos.

Creo que el diagnóstico de Cristo, de que muchos divorcios se producen finalmente por tozudes o porfía, es cierto, muchas personas, simplemente, no están dispuestas a dar su brazo a torcer y no quieren buscar vías de solución.

Muchas personas ven el divorcio como una salida porque consideran que los problemas que viven son causados exclusivamente por su pareja. Por esa razón comienzan a fantasear que dichos conflictos se arreglarían si el cónyuge no estuviera. La realidad es otra, como dice Michele Weiner-Davis, especialista en divorcios: “La gente no sale de su asombro cuando descubre que sus dificultades continúan asediándolo a pesar de haber vuelto a la soltería o de haber elegido otra pareja” (Weiner-Davis, 2004:7). Señal de que en la mayoría de los casos, parte del problema está en la persona misma y el divorcio no soluciona la cuestión de fondo. El divorcio, en muchos casos, simplemente evidencia cuan responsables somos como individuos.

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2013
Del libro inédito: Lazos de amor
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