El verdadero regalo


“Y los moradores de la tierra se regocijarán sobre ellos y se alegrarán, y se enviarán regalos unos a otros” (Apocalipsis 11:10)
Nicolás de Bari nació en la ciudad de Patara, en la actual Turquía. Hijo de gente rica su futuro parecía estar condicionado a mantener la fortuna familiar. Sus padres murieron cuando él era sólo un adolescente, y utilizó su fortuna para ayudar a los más necesitados.

Fue una persona normal realizando acciones extraordinarias. Se fue a vivir a Myra, también en Turquía y allí fue elegido obispo de la ciudad. Siendo un hombre rico no utilizó su puesto religioso para enriquecerse más, sino que de manera anónima y sin otro afán que ayudar, se dedicó a repartir sus bienes a las personas más necesitadas dejándoles regalos de manera oculta, con el fin de que no creyeran que le debían algo. Su afán era dar, sólo porque era correcto. Le parecía que tener una gran fortuna y a la vez tanta gente necesitada, era un contrasentido. Una gran lección que perdura aún en la actualidad, acumular riqueza en medio de la pobreza es un contrasentido.

Fue encarcelado y atormentado por su fe cristiana, y liberado luego del edicto de Constantino que daba libertad de culto. Se lo conoce como Nicolás de Bari, porque sus restos fueron sepultados en la ciudad italiana de Bari.

Lo extraño es que un hombre profundamente religioso, de un actuar suave y con una gran preocupación por la gente pobre, poco a poco, en las distorciones culturales terminó transformándose en “Papá Noel” o “Santa Claus”, con una cantidad de mitos que no tienen nada que ver con la realidad del personaje que inspiró el mito.

Nicolás de Bari, daba regalos, especialmente durante la navidad, para recordarles a todos que el mayor regalo que habían recibido era Jesucristo. Era una forma didáctica de decirles a los niños: “¿Se alegran por el regalo que han recibido? ¡Bien! Todos nosotros hemos recibido el más maravilloso de los regalos, la presencia de Jesús”.

Es lo que debemos recordar en navidad. A Jesús, al niño de Belén que nos es ofrecido por Dios como un regalo, un hermoso y maravilloso obsequio, que no sólo nos llena de gozo, sino que hace que toda nuestra vida tenga sentido. Sin Jesús, nada tendría lógica. Sólo Cristo hace que los seres humanos podamos mirar el futuro con esperanza. Jesús es nuestro regalo.

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2013 Del libro inedito: Héroes de verdad

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