Saber perder


“Se reviste de fuerza y dignidad, y afronta segura el porvenir” (Proverbios 31:25)

Amar confiere dignidad, sin embargo, para que funcione debe haber reciprocidad. Amar sin ser amado, y a la vez, rogar o mendigar, convierte a quién obra de esa manera en alguien que se va destruyendo a sí mismo y auto denigrándose.

Nuestra estructura psicológica exige que la dignidad sea parte de nuestra existencia, así somos por creación divina. Cuando alguien se humilla a sí mismo rogando que lo amen, lo que hace, es simplemente, perder dignidad y en el camino, apartarse de lo más valioso del amor que es la reciprocidad.

Tan importante como saber perder es entender que el amor necesita de dos personas, de otro modo, se convierte en tortura y quita todo deseo de vivir. Visto así, la existencia se torna en una larga cuesta con peso adicional.

Muchas personas dicen con ingenuidad: “Sé que no me ama, pero voy a luchar por su amor”. Esa forma de pensar está constituida de mitos y estereotipos que no ayudan a la persona a construir un presente y un futuro de esperanza, al contrario, va minando la integridad personal y convirtiendo a quién actúa de ese modo en alguien que pierde el rumbo.

El amor por definición exige reciprocidad. Sin ese elemento fundamental, no es posible ninguna expresión de amor. Es cierto que muchos viven una especie de amor platónico, que los hace vivir momentos de felicidad, pero es ilusorio, porque sin la respuesta de otra persona, ese tipo de amor termina por convertirse en una carga dolorosa.

Dios otorgó a los seres humanos la capacidad de amar, pero también nos dio inteligencia emocional para darnos cuenta que en algunos momentos de la vida es necesario alejarse, porque no es posible hacer algo.

El amor como conquista es simplemente un absurdo que proviene de la Edad Media y todo su oscurantismo. El amor no es conquista, es un pacto de dos personas que entienden que hay presente y futuro para sus vidas en común. Un amor recíproco nutre la existencia de alegría y esperanza, al contrario de una relación donde prima la desesperanza y la mendicidad.

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: LAZOS DE AMOR 

MOTIVO DE GRATITUD 98: Dios no exige, espera. Nos ama de manera incondicional, pero no espera que lo amemos simplemente porque él nos ama. Hace todo lo posible, y espera nuestra respuesta. Su respeto es su mejor prueba de amor. Gracias Dios por eso. 

#MiguelÁngelNúñez #meditaciónmatinal #devocióndiaria
Comparte en:    Facebook Twitter Google+

0 comentarios:

Publicar un comentario

Tus comentarios enriquecen este blog, y a las personas que lo leen. Te agradezco por tus aportes. Sin embargo, ten en cuenta que para que se publique lo que comentas debes indicar tu nombre (no se publicará ningún mensaje anónimo), y no debe aparecer ningún enlace a alguna página, número de teléfono, o dirección. Además, no se publicará ningún comentario con tinte ofensivo, homofóbico, discriminatorio, insultante o irrespetuoso. Todo lo demás, es bienvenido.