Ojos que observan


“Sus ojos observan, sus párpados examinan a los hijos de los hombres” (Salmo 11:4b)

En la novela de Aldous Huxley, “Un mundo feliz”, existe una especie de ojo que observa todo lo que los habitantes de la ciudad realizan. Mira cada paso que dan y examina con cuidado todo lo que hacen, nada se le escapa. Huxley, un incrédulo, quiso con esa imagen de algún modo burlarse de la idea de la omnipresencia de Dios, sin embargo, probablemente, los conceptos que recibió de su propio padre, un famoso biólogo y naturalista inglés. Los conceptos que recibimos marcan nuestra existencia, de un modo u otro, y condicionan nuestra manera de ver el mundo.

Cuando el salmista escribe estas palabras no está pensando en el personaje de Huxley, ni tampoco, no es un asunto de intimidación o amedrantamiento, sino de la omniciencia y omnipresencia de Dios, a quien no se le escapa la acción de quienes persiguen a los justos, que es el tema del Salmo.

En ocasiones se da la impresión de que Dios está ausente en las injusticias, que Dios o no hace nada o “permite”, expresión que resulta absurda en el contexto de la justicia de Dios.

Algunos para salvar el atributo de Dios todopoderoso, hablan de que “permite” algunas cosas, para que se manifieste su voluntad. Muchos no entienden lo ofensivo que es dicho pensamiento. Si lo llevamos hasta las últimas consecuencias, eso implica que Dios permitió el genocidio de millones de personas en la Segunda Guerra Mundial; o los asesinatos o torturas realizados por los gobiernos de facto de latinoamérica; o las matanzas provocadas por Pol Pot en Camboya; y la lista es inmensa. Estaríamos hablando de un Dios que hace la “vista gorda” frente a algunas acciones e interviene en otras.

Lo que la Biblia señala no es eso, si Dios “permitiera” estaríamos hablando de intervencionismo divino arbitrario, porque sugeriría que, en otras ocasiones, cuando por algo misterioso, se le ocurra intervenir, estaría bien. Lo único que señala la Biblia objetivamente es que Dios ve, es decir, no se le escapa nada y en algún momento todos darán cuenta. Dios respeta la libertad humana, más de lo que entendemos.

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: SALMOS DE VIDA 

MOTIVO DE GRATITUD 129: Doy gracias a Dios por el descanso. Cuando llegan días en que podemos alejarnos de preocupaciones y concentrarnos en sólo descansar, es un alivio para el alma.

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