“¡Pero no hay razón para que me inquiete! ¡No hay razón para que me preocupe! ¡Pondré mi confianza en Dios mi salvador! ¡Sólo a él alabaré!” (Salmo 42:5 TLA)
Hay especialistas para todo y, evidentemente, no podían faltar los especialistas en preocupaciones. Son personas buenas, pero que viven afligidos por lo que ha pasado, por lo que está pasando y por lo que va a pasar. Son individuos cuyas mentes se concentra en los aspectos negativos y oscuros de la realidad. Cuando alguna vez les he llamado la atención a alguien por su pesimismo, su respuesta ha sido: “No soy pesimista, soy realista”. A mi me parece, que es una forma eufemística de decir lo mismo.
Es tan importante la idea que el salmista la repite exactamente igual en el versículo 11 del Salmo 42, y en el versículo 5 del Salmo 43. Evidentemente, la traducción de la Biblia en Lenguaje Actual, difiere un poco de la versión Valera de los 60, la más usada en el mundo hispano, pero esta versión expresa mejor el sentido del texto.
Los que se preocupan siempre encontrarán motivo para hacerlo. Los que viven inquietos por acontecimientos reales o imaginarios, siempre, encontrarán algo para estar inquietos.
¿Estás enfermo o enferma y te puedes morir? Bueno, no necesitas estar enfermo para que eso ocurra, preocuparte no te hará más sano. ¿Temes que a tus hijos les pueda pasar algo? Lo real, es que les puede pasar algo te preocupes o no. ¿Temes perder el trabajo? En los tiempos que vivimos, cualquiera puede perderlo, preocuparte ¿te ayudará? Analiza cada una de tus preocupaciones, y te darás cuenta que la mayoría, sino todas, son sólo hojarazca acumulada en tu mente.
Por eso la alternativa que presenta el salmista es mucho más sabia. ¿Por qué preocuparme? Mejor dejo mi vida en las manos de Dios y vivo en paz.
Confiar significa vivir lejos de las preocupaciones. Quien confía no se preocupa, es como un niño, un bebé en brazos de su madre no se aflige por nada. Es la actitud que Dios quiere que tengamos. La misma confianza de entrega. La alabanza, sólo es posible en la confianza. Tal vez por esa razón algunos no alaban a Dios como debieran.
Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: SALMOS DE VIDA
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