“Haya sobre todo mucho amor entre vosotros, porque el amor perdona muchos pecados” (1 Pedro 4:8)
Leyendo la biografía de Annie Lobert, de quien hablamos ayer, reparo en un párrafo que me produce una reacción de gran reflexión:
—Si Jesús podía perdonarme, ¿no podía perdonarme yo misma también? Y me perdoné por todas las cosas horribles que había hecho y el yugo de la atadura y la culpa se quitó de mi espalda.
Luego menciona que decidió perdonar a su proxeneta, a la persona que la indujo a la prostitución y que por años abusó física y psicológicamente de ella:
—Perdoné a mi abusador y a todos los demás que me ofendieron. Rezo por mi chulo cada día y sé que Dios tiene un plan grande para él. ¡Perdona y serás libre!
La última frase es liberadora. Supone un paso gigante para quien ha vivido situaciones horribles como las que experimentó Annie como prostituta de lujo y luego en las calles de la ciudad de Las Vegas.
El perdón libera. No sólo nos permite perdonarnos a nosotros mismos cuando hemos errado, también nos da una perspectiva nueva en relación a las otras personas.
Quien se queda encadenado al pasado, y no se decide a perdonar, vive una vida que no le pertenece, constantemente triste y con una sensación de que algo no está bien.
Las personas que no perdonan es como que acumularan basura y no se deciden a dejarla ir. No significa que el perdón implica que debamos re-vincularnos con quienes nos han ofendido o dañado, pero al menos, nos libera de esa carga tóxica de cargar sentimientos y emociones que a la postre nos van dañando.
El perdón, en el contexto de individuos que no se arrepienten y que hacen una y otra vez lo mismo, es simplemente, un milagro que produce Dios en nosotros.
Si no quieres soltar el resquemor y los dolores que te atan a quien te dañó, pídele a Dios que te libere y que te ayude a perdonar, porque perdonar sin arrepentimiento de quien ofendió, es simplemente, un milagro.
Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inedito: Héroes de verdad
#MiguelÁngelNúñez #meditaciónmatinal #devocióndiaria

yo lastimé involuntariamente a una persona que quiero mucho, fue de manera inconciente, no actué de la manera que esta persona esperaba. He pedido perdón y me ha perdonado, pero, decidió no brindarme más su confianza. Me duele, asumo que son las consecuencias de mis actos, por más que reconozca q me equivoqué y sea conciente de ello, su decisión está tomada. cómo puedo superar eso?
ResponderEliminar