Anestesia


“A la mujer dijo: —Multiplicaré en gran manera los dolores en tus embarazos, con dolor darás a luz los hijos, tu deseo será para tu marido y él se enseñoreará de ti” (Génesis 3:16)

La palabra “anestesia” es una expresión de origen griego que significa “insensibilidad”. Se la conoce desde 1275, cuando un médico mallorquín, Ramón Llull, la descubrió por primera vez y la llamó “vitriolo azul”. Fue en 1730 cuando el químico inglés de origen alemán, August Sigmund Frobenius le dio el nombre que tiene en la actualidad “eter”. Se utilizó en seres humanos recién el año 1842.

Luego se comenzó a utilizar el óxido nitroso en la extracción de muelas.

Fue en 1847 cuando se aplicó el cloroformo por primera vez en una embarazada, y de allí comenzó la polémica que duró más de una década.

Muchos “estudiosos de la Biblia” comenzaron a clamar que el cloroformo utilizado en mujeres embarazadas era una herejía que contradecía la voluntad divina, porque impedía el dolor en el parto. Según ellos, Dios había establecido que la mujer “debía” sufrir en el momento del embarazo para que no olvidara el pecado y lo que había provocado a la raza humana. Muchas mujeres “piadosas”, inducidas por sus clérigos y otros varones y mujeres, que se apegaban a la Biblia, fueron convencidas de que no debían aceptar cloroformo en los partos.

¿De dónde salió esta interpretación horrorosa? Pues, simplemente de considerar que el texto de Génesis 3:16 es prescriptivo y no lo que es, una descripción de lo que ocurriría a consecuencia del pecado.

Como supuestamente el texto no habla de dolores de muela ni cirugías, esos fundamentalistas que mal interpretaban la Biblia, no veían nada de malo en que se usara en esos casos. Pero no para partos, lamentablemente, ningún varón ha quedado embarazado, porque estoy seguro que habría surgido otra “interpretación”, para zafar del dolor.

Cuando la Biblia es mal interpretada sirve para cualquier cosa. De allí la necesidad de estudiar con cuidado.

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez
Del libro inédito: Ser mujer no es pecado
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