“Mirad, hoy os doy a elegir entre la vida y el bien, por un lado, y la muerte y el mal por el otro” (Deuteronomio 30:15)
Tal como dice el versículo de hoy, la vida humana es estar en una encrucijada permanentemente. En todo instante debemos decidir entre más de una opción. Lo que elijamos marcará el resto de nuestra existencia, nos guste o no. Eso no implica determinismo, porque en cualquier momento podemos replantear el rumbo, pero al menos, implica que lo que decidamos tendrá consecuencias, a veces agradables, otras desagradables, en ocasiones positivas en otras negativas. La neutralidad no es un lujo que los seres humanos puedan darse. Todo lo que decidimos, nos guste o no, acarrea consecuencias.
Muchos de los mitos del amor: Cupido, amor a primera vista, almas gemelas, y otros por el estilo, lo único que logran es minimizar o eliminar el riesgo que implica elegir. Un mito común entre cristianos y también entre otras religiones como el hinduismo y el islamismo, es atribuir la pareja a la divinidad, como si los seres humanos carecieran de responsabilidad objetiva para decidir. Mitos que lo único que logran es eliminar la responsabilidad humana. Siempre es más fácil atribuir a la divinidad, lo que le corresponde decidir a los seres humanos.
Muchos jóvenes actúan como si fueran algas desarraigadas, llevadas por el vaivén interminable de las olas, sin futuro, sin proyecto, sin nada más que el simple ir y venir de una existencia anodina.
En su Carta abierta a la juventud, el escritor francés Ernest Pepín, intenta hacer reaccionar a la gente que vive de ese modo, hablándoles del efecto de dejarse llevar sin derrotero claro. Nos dice Pepín: “A menudo sin brújula, mentalmente deportado, terminas por no creer en ti mismo ni en tu futuro, al extremo de elegir vías sin salida” (2005:21).
El amor no puede ser una casualidad, una flecha de cupido, una casualidad del destino, una decisión de los dioses que me tocaron con su varita, si el amor es eso, entonces, termina por no ser nada. El amor real, es parte de un proyecto de vida elegido a conciencia, como parte de una vida que se desenvuelve en una vía escogida con razón, no por el destino.
Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inédito: LAZOS DE AMOR
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