Se acabaron los piadosos


“Salva, Jehová, porque se acabaron los piadosos, porque han desaparecido los fieles de entre los hijos de los hombres” (Salmo 12:1)

Alguna vez escuché a un buen cristiano, pero con tendencias legalistas, reprochar amargamente a David por las palabras de este Salmo. Definitivamente, él se consideraba entre los piadosos, y con sus tendencias al texto prueba, consideraba que el salmista estaba equivocado. Es el riesgo de las lecturas literalistas y anacrónicas, es decir, sacadas de su contexto temporal.


¿Qué pensarían ustedes si están viviendo en Alemania y ven a profesos cristianos, muchos de los cuales los conocen de la iglesia, participar en golpizas brutales a otras personas, sólo por ser judías? ¿Qué pasaría por su mente, si está viviendo en Kosovo, en el momento en que ha comenzado el peor exterminio racial de los tiempos modernos y observa a algunos de sus vecinos, que convivían pacíficamente, tomar a otros, simplemente, para asesinarlos por su origen étnico? ¿Qué pasaría si viviera en la actual Nigeria, y un grupo de desalmados, supuestamente creyentes en Dios, secuestra a sus hijas, para venderlas como esclavas, hijas que aún están desaparecidas? ¿Qué pasaría si hubiera vivido alguna de las dictaduras latinoamericanas con Videla o Pinochet, y viera desaparecer a algunos de sus familiares, simplemente, porque pensaban diferente?

Ahora mismo, en algún lugar de la tierra, alguien está afirmando lo mismo, al ver la crueldad y el salvajismo con el que actúan algunos para defender ideales políticos y religiosos.

Nuestra tierra está desangrada. Todos los días los canales de televisión mundial emiten noticias de secuestros, asesinatos, actos de terrorismo, y muchas otras tragedias, que de tanto ocurrir, corren el riesgo de hacerse comunes y rutinarias.

Es lícito el planteo del salmista. De pronto parece que los desalmados y asesinos se han tomado el poder y nadie puede detenerlos. El lógico pensar cómo el salmista, que veía que su mundo se derrumbaba, y observaba a quienes profesaban servir a Dios actuando de una manera absolutamente contraria a lo que profesaban.... tal como ocurre en la actualidad. La única esperanza que nos queda, es que a Dios nada se le pasa y en el momento exacto, se hará justicia.



Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inédito: SALMOS DE VIDA 

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