“Le cortarás entonces la mano, no la perdonará tu ojo” (Deuteronomio 25:12)
Es impresionante que algunos versículos estén en la Biblia. Sin embargo, es más extraño que algunos supongan, sin más, que por el simple hecho de estar en la Escritura deben ser aceptados sin más, sin discusión, sin análisis y sin entender el contexto misógino en el que fueron escritos.
Moisés escribió: “Cuando algunos riñeren juntos el uno con el otro, y llegare la mujer del uno para librar á su marido de mano del que le hiere, y metiere su mano y le trabare de sus vergüenzas; le cortarás entonces la mano, no la perdonará tu ojo” (Deuteronomio 25: 11-12).
No existe un versículo similar en relación al varón, si éste que es explícito en relación a la mujer, lo que refleja, sin duda, el ambiente misógino, sexista y androcéntrico en el que fue escrito.
Moisés fue hijo de su época. Dudarlo o tratar de pintarlo con un barniz moderno, lo único que hace es desfigurar la imagen de una persona que en algunos aspectos fue extraordinario, y en otros, simplemente, respondió como lo hacía su época. Eso es lo que le cuesta entender a algunas personas. Los personajes bíblicos no dejaron de estar ligados a su cultura, y en su contexto cultural la mujer no tenía el mismo valor que un varón, eso es un hecho histórico que no se puede negar.
En la actualidad, en la mayoría de los países occidentales sería ilegal cercenar la mano a alguien, menos por la razón que da el texto bíblico.
No obstante, muchas personas siguen desconociendo que la mujer fue creada como igual al varón en ser imagen de Dios y en tener los mismos derechos y deberes.
Algunos se escudan en una supuesta idea de “roles” que haría que la mujer tuviera que estar supeditada al varón por mandato divino, cosa que no se sustenta bíblicamente, cuando se lee la Biblia en su contexto real, no cuando le hacemos decir algo desde nuestra cultura sexista.
Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez
Moisés escribió: “Cuando algunos riñeren juntos el uno con el otro, y llegare la mujer del uno para librar á su marido de mano del que le hiere, y metiere su mano y le trabare de sus vergüenzas; le cortarás entonces la mano, no la perdonará tu ojo” (Deuteronomio 25: 11-12).
No existe un versículo similar en relación al varón, si éste que es explícito en relación a la mujer, lo que refleja, sin duda, el ambiente misógino, sexista y androcéntrico en el que fue escrito.
Moisés fue hijo de su época. Dudarlo o tratar de pintarlo con un barniz moderno, lo único que hace es desfigurar la imagen de una persona que en algunos aspectos fue extraordinario, y en otros, simplemente, respondió como lo hacía su época. Eso es lo que le cuesta entender a algunas personas. Los personajes bíblicos no dejaron de estar ligados a su cultura, y en su contexto cultural la mujer no tenía el mismo valor que un varón, eso es un hecho histórico que no se puede negar.
En la actualidad, en la mayoría de los países occidentales sería ilegal cercenar la mano a alguien, menos por la razón que da el texto bíblico.
No obstante, muchas personas siguen desconociendo que la mujer fue creada como igual al varón en ser imagen de Dios y en tener los mismos derechos y deberes.
Algunos se escudan en una supuesta idea de “roles” que haría que la mujer tuviera que estar supeditada al varón por mandato divino, cosa que no se sustenta bíblicamente, cuando se lee la Biblia en su contexto real, no cuando le hacemos decir algo desde nuestra cultura sexista.
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Del libro inédito: Ser mujer no es pecado
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