Forjar un camino


“El Señor dice: ‘Yo te instruiré, yo te mostraré el camino que debes seguir; yo te daré consejos y velaré por ti’” (Salmos 32:8)

Cuando era niño tuve un profesor en la escuela básica que había tenido una infancia muy dura. Hijo de un pescador artesanal, se había criado ayudando a su padre en la pesca. Salía en las tardes junto a su progenitor a la mar, para estar toda la noche pescando, para luego volver a casa con lo necesario para vivir. Sin embargo, su padre lo motivó para tener otra vida, así que él solía decir con orgullo: Soy el primer universitario de toda mi familia.

Cuando pienso en ese hombre y en muchas otras personas que he conocido a lo largo de mi vida, no puedo entender cómo algunas personas han hecho del conformismo una forma de vida. Actúan como si no hubiera otra forma de vivir más que les ha trazado el supuesto “destino”.

La verdad es que somos arquitectos de nuestro propio porvenir. Elegimos qué vivir. No existe algo así como el destino, una idea determinista creada por los antiguos griegos para intentar explicar lo que ellos llamaban “la tragedia de la vida”.

Una visión optimista de la vida debería ayudarnos a pensar con una actitud positiva.

Me encanta leer biografías, y cada vez me convenzo más que no existe una sola manera de hacer las cosas, y que nada está predestinado en la vida de una persona. Somos los forjadores de nuestro propio camino. Ni aún Dios nos obliga a hacer algo que no queramos, somos nosotros los que elegimos qué vivir y la manera de hacerlo.

Como dice el versículo, Dios puede instruirnos, aconsejarnos, decirnos cuál es el mejor camino, de hecho, él quiere hacerlo, pero siempre, la decisión final es nuestra.

Mi antiguo profesor podría haber elegido algo distinto al consejo que le daba su padre de buscar una vida mejor, tal vez, podría haber elegido seguir siendo pescador como su progenitor, pero decidió convertirse en universitario. Él solía contarnos cuan orgulloso estaba su padre y cómo había colgado con lágrimas en los ojos su título en la sala de su casa para que todos lo vieran, tal como hace Dios cuando a ti y a mi nos va bien.

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inédito: Superando obstáculos

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