“Por tanto, dejemos de juzgarnos unos a otros. Más bien, propónganse no poner tropiezos ni obstáculos al hermano” (Romanos 14:13)
La vida no es un sendero en la montaña, a orillas de un lago en un día primaveral. No es un paisaje de ensueño de esos que aparecen en los calendarios. Es más bien un camino de obstáculos, algunos pequeños otros mayores, que hacen difícil el transitar. Lo primero que debemos aprender del éxito es que una persona que logra sortear los obstáculos es quien tiene las mejores probabilidades de ser un ganador.
Muchas personas se inmovilizan antes de empezar, sólo pensando en las dificultades que tienen por delante, sin darse el trabajo de reflexionar qué pueden hacer para sortear los obstáculos.
Franklin Delano Roosevelt (1882-1945), tenía 39 años cuando sufrió un grave caso de poliomilitis que lo dejó inválido y con una gran carga de sufrimiento. Nunca más pudo caminar sin ayuda. La silla de ruedas se convirtió en su permanente compañera. Sin embargo, eso no fue obstáculo para utilizar todo el potencial que tenía. Ocho años después se convirtió en gobernador por el estado de Nueva York, y en 1932 fue elegido presidente de los Estados Unidos.
La mayoría de los obstáculos están en la mente. Lo que nos limita a menudo es fruto de nuestra imaginación y de los miedos que hemos acumulado que nos impiden vencer.
Si Rooselvelt se hubiera quedado en su casa, rumiando su frustración y tal vez, sumido en una depresión o angustia por su enfermedad, la mayoría habría sentido compasión por él y habría supuesto que hizo lo mejor. Pero, no se dio por vencido, hizo lo que se suponía no era posible, que una persona incapacitada siguiera ocupando sus potencialidades.
El escritor norteamericano Alfred A. Montapert escribió: “La mayoría ve obstáculos; pocos ven objetivos; historia registra los éxitos de éstos últimos, mientras que el olvido es la recompensa de los primeros”.
Una vez un docente bromeando nos preguntó sobre un nombre desconocido, todos nos quedamos mirando, sin saber quién era:
—Exacto, es alguien que nadie recuerda, uno más que se dio por vencido.
Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inédito: Superando obstáculos

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