“—La serpiente me engañó, y comí —contestó ella” (Génesis 3:13)
Eva tiene todo mi respeto. Se para frente a Dios, el Señor de todo el universo, el creador, al único que merecería tenerle temor y sin ningún tipo de ambigüedad declara: “La serpiente me engañó, y comí”. Una actitud muy distinta al del varón que titubeando dice: “La mujer que me diste...”, el resto es historia, tratar constantemente de evadir responsabilidad, como si eso fuera posible.
El verbo hebreo que se usa en este versículo para “engaño” es nasha que significa “dejarse engañar, dejarse seducir”. “Lo que Eva está diciendo es: Yo fui engañada para tomar la decisión equivocada” (England, 2007:19).
La vida no se trata de evadir responsabilidad, sino todo lo contrario, de aprender a vivir de tal modo que vivamos de cara a las consecuencias de nuestras decisiones.
Eso no es un asunto de ser varón o mujer, sino de aprendizaje vital. Cuando los seres humanos son educados para evadir la responsabilidad de sus acciones van por la vida culpando a las circunstancias o a los demás de sus malas decisiones, y de esa forma, nunca crecen ni avanzan.
En la educación sexista se mira de manera diferente la responsabilidad de varones y mujeres. Por ejemplo, si una chica tiene más de un novio, es llamada “suelta”, “promiscua”, “fácil”, pero si sucede al revés y es el varón el que tiene más de una novia las madres o padres suelen hablar de él como “un galán”, “es muy apetecido”, “es un joven muy atractivo”, y otros epítetos que disminuyen la responsabilidad de uno y otro.
Los padres debemos aprender a educar a nuestros hijos como seres responsables de sus actos. Enseñar a los niños a responsabilizarse de sus decisiones es la llave para tener adultos que sean capaces de corregir sus malas decisiones y aprender a hacerse cargo de lo que hacen, comenzando por pedir perdón si se equivocan y enmendar. Cuando ocurre lo contrario, entonces, estamos ante la presencia de personas irresponsables que no se hacen cargo. Eva dio una lección que hasta el día de hoy tiene repercusiones.
Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez
Del libro inédito: Ser mujer no es pecado
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