“Si diese el hombre todos los bienes de su casa por este amor, de cierto lo menospreciarían” (Cantares 8:7b RV60)
Un especialista en bioética señala que “el amor es un constitutivo esencial para la vida, pues sin él raramente podríamos ser quienes somos ni desarrollar nuestra personalidad y nuestra humanidad del modo en que lo hacemos” (García Férez, 2009:134). Me gusta la frase “constitutivo esencial”. Lo que dicha expresión señala es que el amor nos constituye y esa es la esencia misma de la humanidad. Sin ese elemento constituyente difícilmente podemos vivir con equilibrio.
Todo lo que somos está ligado a una simple ecuación: Quién o quienes nos aman y a quien o quiénes amamos. El amor es una de esas experiencias vitales ineludibles, que están en la esencia misma de nuestra vida. La existencia sin amor, no sólo es una vida pobre, sino que además, carece de uno de los elementos básicos que nos hace humanos y nos diferencia de todos los otros seres humanos.
Si bien amar es un acto de la voluntad, y elegimos a quien amar. Eso no implica en absoluto que no sea vitalmente necesario amar. Las personas que aman viven la existencia con una riqueza distinta a quienes no lo hacen. La pobreza más extrema es la de aquella persona que carece de amor.
La falta de amor sumerge en la tristeza y la sensación de que no importamos como seres humanos. No importa cuánto dinero tengamos, la falta de amor nos convierte en paupérrimos.
El amor no se compra, simplemente, es una experiencia vital única que se tiene o no se tiene. Es lamentable que quienes tienen muchos bienes creen que el amor se puede conseguir por el impacto y la influencia de la riqueza. Eso es falso, es moneda que no sirve para nada. El amor es un acto de entrega incondicional, o simplemente, no es nada.
Amar sin condiciones, el amor no admite otra cosa diferente. Pero cuando está se nota, la gente vive más plena, más en paz, más direccionada hacia un sentido de la vida que le permite vivir con mayor plenitud. Sin amor ocurre exactamente lo contrario y lo que podría ser alegría y plenitud se convierte en un oscuro pasadizo en dirección al infierno.
Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inédito:
LAZOS DE AMOR
LAZOS DE AMOR
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