Saciados

“Porque serán saciados” (Mateo 5:6b)
 
La pregunta es ¿saciados de qué? Por lo que evidencia el texto, la saciedad se dará cuando hayan encontrado la justicia y puedan descansar en la voluntad de Dios al saber que se ha obrado de manera justa. En un mundo lleno de injusticia, este ideal parece una utopía.

Una manera de entender la justicia es suponer que es una utopía que no se puede alcanzar en esta tierra, lo que mueve a conformidad y a pensar que es posible sólo en una dimensión extraterrena. Quienes van por esta vía de entendimiento, tienden, de forma mayoritaria a ser ausentes y poco empáticos por las necesidades de otras personas. Esta perspectiva tiene diferentes variantes, por un lado, están los que espiritualizan la vida y creen que buscar justicia en este mundo es innecesario, hay que sólo esperar la tierra nueva, y están aquellos, que sin dudarlo, no sólo descuidan las necesidades sociales de sus semejantes, sino que además satanizan o culpabilizan a las personas por lo que viven. En ambos casos, se está ante una situación insostenible desde el punto de vista bíblico.

Dios invita a comprometerse con el necesitado. “La religión pura y sin mancha delante de Dios nuestro Padre es ésta: atender a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones” (Santiago 1:27). Esta afirmación de Santiago, no admite más análisis, evadir la responsabilidad no es opción.

“El ayuno que he escogido, —dice Dios por boca de Isaías— ¿no es más bien romper las cadenas de injusticia y desatar las correas del yugo, poner en libertad a los oprimidos y romper toda atadura?” (Isaías 58:6). No podemos eludir el significado de lo que implica ser cristiano. Actuar como si no fuera nuestra responsabilidad ocuparnos de los necesitados es desoír a Dios.

“Ganamos justicia más rápidamente si hacemos justicia a la parte contraria” (Mahatma Gandhi)

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez. 
Del libro inédito: 

REFLEXIONES AL AMANECER

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