¿Hasta cuándo triunfará mi enemigo?” (Salmo 13:3b BNP)
Tener enemigos es un enigma. En mi caso, me he ganado unos cuantos, por el sólo hecho de pensar. Ni siquiera por pensar diferente, sino por tener la osadía de hacer preguntas que no son políticamente correctas. Luego, cuando he expresado mi opinión sobre algún punto me he acarreado otras enemistades que nunca pensé tener. En general no les hago caso, incluso, aún cuando algunos son agresivos, violentos y ofensivos. Siento que no vale la pena.
Leyendo a Boris Cyrulnik me he convencido que cada ser humano herido reacciona de la peor forma posible, y la tendencia que tengo es pensar que los que se han convertido en mis enemigos, sin que yo lo buscara, simplemente, esconden heridas tan profundas que la única forma de protegerse es convirtiendo a su opositor (real o ficticio) en su enemigo.
Pero, hay otra respuesta posible, Philip Yancey, uno de mis escritores favoritos cita en uno de sus libros una frase de los cuáqueros que me ha dejado pensando: “Un enemigo es alguien cuya historia no hemos escuchado”. ¡Claro! ¿Cómo podría entender su enemistad sin saber qué han en su historia personal?
Como escritor he dirigido varios cursos para escribir. Me gusta hacerlo. No sólo porque transmitir mi experiencia suele ser de utilidad, sino porque puedo ayudar a muchas personas a desentrañar sus propias historias de vida a partir de aprender a escribirlas. Suelo utilizar una idea constante y es decirles: “Toda persona tiene una historia que contar. Los escritores nos dedicamos a escucharlas y a escribirlas”.
Aparte de pastor, dedico buena parte de mi vida a dar conferencias en todas partes del mundo y a la terapia y consejería familiar, y en el mismo contexto digo: “Cambian las caras, los idiomas, los colores de piel, las ciudades, los contextos, pero los problemas son similares”. No sólo porque los escucho a menudo, sino porque los seres humanos en el fondo tenemos raíces comunes.
Un enemigo es una persona que aún no te ha contado su historia. Tal vez, si nos diéramos el trabajo de escucharla terminaríamos por tener empatía y sentiríamos que es más lo que nos acerca que lo que nos aleja. Toda amistad comienza por escuchar.
Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez.
Del libro inédito: SALMOS DE VIDA
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